Ruta turística bordea los lagos de Burgas

Hay una especie de personas muy particulares. Cual si la noción de turismo nómada hubiera sido creada para ellas. ¡No se dejen engañar! Esa gente no cambia de domicilio. Contrariamente a las expectativas, les gustan los buenos lugares sólidos para alojarse, el agua fría y caliente, la comida deliciosa. No obstante, esa categoría de viajeros sigue de una manera estricta el calendario turístico y sabe distinguir los distintos eventos. Entonces agarra sus maletas y se encamina a la zona digna para su colección de experiencias. En el verano de 2013, un destino deseado resultaron los lagos salinos de Burgas donde tuvo lugar el primer festival de la sal en Bulgaria. El motivo fue popularizar los varios usos del llamado oro blanco no solo en la alimentación, sino también en la salud, la cosmética y el arte. A base de un proyecto especial, en la zona ha sido habilitado un itinerario turístico que revela las bellezas naturales de la región que ha quedado intacta por las obras de la urbanización. Está previsto que desde el año que viene por la ruta pasará el ”tren salado” que llevará a los turistas cerca de los lagos salinos y hasta los hábitats de especies de aves raras.

La ruta turística Vida para los lagos de Burgas abarca tres objetos: el lago de Atanasov, Vaya y el complejo Mandra-Poda. Precisamente el lago de Atanasov fue el anfitrión del Primer Festival de la sal. Organizar un evento de tal tipo cerca del lago y no cerca del mar es un verdadero reto, por lo menos para la gente amante del verano, de las playas y de Burgas. Se sabe que las aguas del Mar Negro contienen un 17,3% de sal. No obstante, para los especialistas se trata de una salobridad muy baja y se debe a los ríos que desembocan en él. Por otro lado, es agradable para nadar. Allí se produce sal desde principios del siglo 20 y el rendimiento anual es de 40 000 toneladas. Su porción norteña está declarada reserva natural y la meridional es una zona tampón. El lago presenta un fenómeno muy curioso. A pesar de su salobridad excesiva, hay al menos 233 especies de plantas superiores, entre ellas: salsola, artemisia marítima, totora… Siete de las especies vegetales están incluidas en el Libro Rojo de Bulgaria. Entre los ocupantes interesantes son la nutria, el gato silvestre y el mamífero más pequeño en Europa – la muy rara musarañita. Entre las criaturas plumadas del lago, que son más de 314, están también 17 especies amenazadas a nivel mundial, por ejemplo el pelícano ceñudo, la barnacla cuellirroja y el cormorán pigmeo.

Cuando uno visita este lugar, le espera una sarta de sorpresas. Resulta que el nivel de una parte del lago es de 1 metro más bajo del nivel del mar. Sus aguas son ricas en peces, en luga (solución que contiene sales alcalinas que se extrae por lixiviación de las cenizas de madera) y en barro medicinal. Aparte de observaciones ornitológicas desde el refugio especialmente construido o durante algún paseo, para los turistas existen otras tentaciones, por ejemplo probar también procedimientos cosméticos. Los habrán usado otras damas también antes que Cleopatra pero de la reina del Egipto antiguo se sabe que ha sabido mantener su belleza, incluso untándose con barro medicinal y luga. Hoy en día, los centros SPA redescubren el secreto de las terapias antiguas. Pero a diferencia de los complejos turísticos caros a los materiales se enviados de lejos, aquí el barro y la luga son materiales frescos y absolutamente gratis.

Los especialistas de biodiversidad a menudo bromean que los hoteleros calculan su éxito a base del número de los alojamientos, ¿qué diremos de los lagos de Burgas entonces? Encima de ellos pasa la Vía Póntica, una verdadera carretera europea para las bandadas que vienen en primavera y que vuelan al sur en otoño. Incluso fuera de temporada, los lagos son un lugar atractivo para trasnochar - para al menos 200 000 aves acuáticas que muchas veces pasan el invierno aquí. He aquí un ejemplo: un 60% de la populación mundial del cormorán pigmeo pasa el invierno en los lagos de Burgas, lo mismo que casi toda la populación mundial de la barnacla cuellirroja que es una especie en vías de extinción. Incluso durante los meses de invierno los habitantes y los visitantes de Burgas aprovechan la oportunidad de contemplar los alados valientes. Este paraíso ornitológico es un deleite para los fotógrafos aficionados que emprenden largos viajes para mirar el cielo, las copas de los árboles o entre las cañas en busca de alguna especie rara para perpetuarla en foto. El lago Vaya, al oeste de Burgas, también ofrece oportunidades para vistas excepcionales. Se pueden ver el pelícano ceñudo amenazado a nivel mundial o el avetorillo común. Los tres lagos de la ruta turística son importantes zonas para el patrimonio de la humanidad.

El lago más meridional de los tres es el Mandrensko. Fluyen en el cuatro ríos: Izworska, Fakiiska, Sredetzka y Rusokastrenska. El litoral abarca las partes más norteñas de Strandzha, una montaña de particular fauna en que destacan el ciclamen, la peonía peregrina, la campanilla de invierno, el azafrán… El lago Mandrensko destaca con sus aguas dulces. La cercanía a las excavaciones arqueológicas y el museo en Debelt enriquece aún más las oportunidades para el turismo cognitivo y cultural interesante.

Si Burgas hasta hace poco estaba relacionado básicamente con el verano y el mar, la ruta turística Vida para los lagos de Burgas es una idea estupenda para destinos de todas las temporadas con vistas maravillosas: los matices de colores del agua, el resplandor de cristal de la sal y el paraíso de las aves.

Versión en español: Ekaterina Bobeva

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