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El zar Kaloyan, diplomático y guerrero

El monumento al Zar Kaloyan en Varna
Foto: Archivo
Kaloyan, uno de los famosos estadistas búlgaros medievales accedió al trono en una época crucial. Sus hermanos mayores, Asen y Petar encabezaron un alzamiento que en el año 1185 se proponía liberar a Bulgaria del dominio bizantino. Aquel levantamiento se coronó de éxito y el Estado búlgaro quedó restablecido tras casi dos siglos de dominio foráneo. Sin embargo, según estipulaba una de las cláusulas del Tratado de Paz con Bizancio, Kaloyan tuvo que viajar como rehén a Constantinopla. Dos años después, Kaloyan logró fugarse y a su retorno a Bulgaria comenzó a ayudar a sus dos hermanos en el gobierno de las tierras liberadas. Asen y Petar, sin embargo, fueron víctimas de una confabulación y, así, en 1197, el joven soberano se quedaba solo afrontando dos graves amenazas: la fuerte oposición de los boyardos y la guerra con Bizancio.

Ante este peligro Kaloyan disponía, empero, de armas eficaces: talento diplomático, habilidad en negociar, capacidad de confrontar a sus adversarios y la agilidad de atraer a su bando hasta a sus enemigos, como, por ejemplo, el boyardo Ivanko, quien había asesinado a su hermano Asen. Así, Kaloyan se fue convirtiendo en un estadista responsable y político avezado pese a haber accedido al trono a la edad de 30 años. Las campañas militares que organizó contra Bizancio fueron sendos triunfos y, a la postre, se consiguió la paz.
 

© Foto: wikipedia.org

La tumba de Zar Kaloyan en Veliko Tárnovo
Uno de los retos que Kaloyan afrontaba era lograr tanto un reconocimiento internacional del estado búlgaro como también de su propio gobierno tras los muchos años de dominio extranjero. Sucedió en el trono a sus hermanos pero, éstos, de hecho, no habían sido reconocidos por soberanos extranjeros.

“El problema no reside sólo en cierta búsqueda de prestigio o de alimentar vanidades. Se trata de algo de importancia vital, señala el historiador y catedrático Plamen Pavlov. Es igualmente cierto que aún se mantenía vivo en aquella época el recuerdo del Primer Reino búlgaro, que había sido una de las tres Grandes Potencias en la Europa medieval. Son pruebas de ello varios escritos de autores occidentales, sobre todo de los siglos XI y XII. La interrupción sufrida en el espíritu estatal de Bulgaria por casi dos siglos había dejado su impronta en el estatus quo internacional”.

Kaloyan se mantenía cauteloso y, así se conoce que durante varios años se negaba a dar respuesta a la propuesta del papa Inocencio III de incorporarse a la Iglesia Romana: “Los contactos entre Kaloyan y el Papa han provocado reiteradas disputas entre los científicos. Muy a menudo se considera que la iniciativa había partido del papa y probablemente así haya sido, dice el historiador. Por otra parte, sin embargo, hay historiadores que estiman que fue Kaloyan el promotor de tal iniciativa pero que, luego, conscientemente, había dado un tejemaneje de las negociaciones ya que primero esperaba arreglar su problema con Bizancio. Es éste el guión más verosímil.

Se cree que a tal efecto en los años 1200 a 1201 Kaloyan pactó una unión con el emperador bizantino Alexis III. Consiguió incorporar a Bulgaria también las tierras de Dobromir Hriz, aristócrata búlgaro que era soberano independiente en Macedonia. Pero luego, el emperador retractó del reconocimiento que le había prometido a Kaloyan. Cuando los caballeros de la IV Cruzada entraron en Constantinopla, Alexis se encontraba en la fortaleza de Debelt, en proximidad a la actual ciudad búlgara de Burgás. En aquel momento sí ofreció reconocimiento a Kaloyan. Sin embargo, para éste tal reconocimiento carecía de sentido ya que el emperador, en la práctica se había auto destronado. Además, la Iglesia Romana en aquel entonces era el centro más prestigioso en Europa capaz de zanjar el problema relacionado con el reconocimiento internacional de Bulgaria. Así, Kaloyan envió una respuesta a la carta del Sumo Pontífice reclamando corona de zar e iglesia independiente.

© Foto: wikipedia.org

Fascímil de la correspondencia con el Papa Inocencio III que contiene la fórmula: Kaloyan, zar de los búlgaros y los valacos

En 1204 Bulgaria y la Iglesia Romana pactaron una unión. El emisario del Papa, cardenal León, proclamó a Kaloyan zar de los búlgaros y los valacos, y el arzobispo Vasilio pasó a presidir la iglesia búlgara. Los cánones ortodoxos fueron conservados. En sus cartas al papa Inocencio III, Kaloyan se empeñaba en firmar como emperador, y el primer sacerdote de la iglesia búlgara recibió el rango de patriarca. De este modo se tendió un puente a las gloriosas tradiciones del Primer Reino búlgaro. La unión con Roma existió hasta el año 1235.

En el año en que el soberano búlgaro obtenía reconocimiento, tomaban Constantinopla los caballeros de la IV Cruzada. Balduino I, emperador de la recién creado Imperio Latino rechazó las propuestas de buena vecindad y sus caballeros no disimulaban sus planes conquistadores. La aristocracia griega de Tracia se dirigió a Kaloyan solicitando ayuda: “Kaloyan estaba preparado para la guerra que iba madurando, explica el historiador Pavlov. Muy a menudo, en textos de contenido más popular y en novelas, las cosas no aparecen presentadas del modo más verídico que digamos. Esto, desde luego, depende en gran medida, de los propios conocimientos científicos acumulados hasta determinado momento. Por ejemplo, cuando Fani Popova Mutáfova, destacada autora de novelas históricas sobre aquella época, escribió sus obras-básicamente en la primera mitad del siglo XX - se consideraba que el ejército de los caballeros fuertemente armados había sido algo muy de temer y que los búlgaros no estaban preparados para afrontarlo. La verdad es que el ejército búlgaro disponía de unidades semejantes lo mismo que el ejército de Bizancio. Además, los búlgaros habían sido testigos de las Cruzadas, sobre todo de la Tercera. Se recopilaban datos de la labor de inteligencia y reconocimiento. Kaloyan tenía bien claro que tendría por enemigo a un adversario capaz de desviarlo del cumplimiento de su cometido esencial: aunar las tierras búlgaras. Es que ya Asen y Petar habían manifestado en una ocasión que pretendía restablecer el reino tal y como antaño ha existido”.

La Batalla de Edirne

En la batalla en proximidad a Adrianópolis, la actual Edurne, la hueste de Kaloyan asestó un golpe demoledor a los caballeros. El emperador Balduino cayó prisionero y fue llevado a Tárnovo. El zar búlgaro murió dos años después, durante el asedio que ponía a Salónica. Recibió sepultura en la iglesia de los Cuarenta Santos Mártires en Veliko Tárnovo, antigua capital de Bulgaria.

“La teoría más verosímil a mi juicio es que Kaloyán había sido asesinado en un complot palaciego, señala el historiador Plamen Pavlov. A pesar de todo, se nota una acentuada continuidad en la actuación de la elite búlgara de aquel entonces en ir consolidando el Estado, convirtiéndolo en el hogar para todos los búlgaros y restaurando la integridad territorial del Primer Reino búlgaro. El zar Kaloyan fue ejemplo brillante de aquel empeño”. 

Versión en español por Mijaíl Mijailov
По публикацията работи: Veneta Pavlova


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