Diciembre es el mes de las fiestas favoritas que marcan el límite entre dos años para llegar a enero cuando celebramos días onomásticos que implican diferentes ritos y fiestas tradicionales. Algunos solían llamar diciembre el mes de san Nicolás, por la gran fiesta ortodoxa y popular con la cual veneramos la memoria de este santo taumaturgo. Les contaremos sobre las costumbres folclóricas más importantes en los días antes de la fiesta de San Ignacio que marca el inicio de las fiestas navideñas. “Bárbara cuece, Sabas asa, Nicolás recibe huéspedes”, este proverbio popular engloba a las tres fiestas importantes que marcan el viraje del otoño al invierno en diciembre. La primera fiesta de esta serie es la dedicada a santa Bárbara, o Varvaritsa, Día de Bárbara o Navidad Femenina.

El 4 de diciembre, la Iglesia Ortodoxa venera la memoria de la mártir Santa Bárbara, una moza de noble linaje, que a principios del siglo IV fue decapitada por su fe cristiana.

Según la creencia popular, desde la fiesta de santa Bárbara hasta la de san Ignacio, el día aumenta con una pizca. El día crece del mismo modo desde la fiesta de san Ignacio hasta la de san Basilio, del 20 de diciembre al 1 de enero. El día dedicado a santa Bárbara el día y la noche se dan una cita y tienen igual duración.

En las creencias populares, Bárbara es dueña de las enfermedades infantiles y sobre todo de la varicela, llamada por el pueblo “abuela” o “tía”. Una abuela mala, sin dientes y fea, es el retrato de Bárbara. Para apiadar a la abuela y alejarla de los niños, las mujeres preparaban una comida ritual con diferentes tipos de cereales llamados Varvara. A este alimento se le agregaba miel, se repartía a niños, vecinos y parientes.

La denominación Navidad Femenina proviene de la costumbre difundida sobre todo en el oeste de Bulgaria. Según esta, mozas y muchachas visitan las casas, cantan y bendicen a los anfitriones deseándoles salud y fertilidad.

Algunas de las prácticas tradicionales el día de santa Bárbara tienen que ver con el cruce de caminos que tiene un papel importante en muchos ritos mágicos. En algunas poblaciones en Bulgaria las mujeres amasaban las llamadas hogazas bañadas (pan de forma redonda). La masa se prepara según la receta tradicional pero después se envuelve en un pañuelo que se ata con un nudo. Se sumerge en agua caliente. Está listo cuando sale a la superficie y el nudo mira hacia abajo. Se quita el pañuelo y el pan se asa. Esta hogaza se unta de miel. Las mujeres salen en un cruce de caminos y reparten la hogaza a las personas que encuentren.

En la región de Sofía se practicaba otro rito interesante vinculado con la prevención de enfermedades. En la madrugada niños pequeños, chicos y chicas, salen al aire libre. Cada uno de ellos lleva leña y unas puñadas de alubias, cebolla y especias. Prenden fuego y hierven la alubia. Antes de poner las especias, uno de los niños, que obligatoriamente debe ser el menor de la familia, saca tres granos y los coloca en la rodilla de cada uno del grupo. Sentados en un círculo los niños comen la alubia sin tocarla con la mano. Después a los niños se unen los aldeanos. Ellos también toman de la alubia y la agregan a la comida de los animales.

La Iglesia Ortodoxa venera la memoria de san Sabas el 5 de diciembre. En las creencias populares Sabas es una mujer, hermana de Bárbara y de san Nicolás, ya que la fiesta del santo se celebra solo un día después. Santa Sabas es dueña de la peste. En algunas regiones del país este día no se tocan tijeras, agujas, cuchillos, etc. para que las hermanas no se pongan furiosas. Según la creencia popular, esto previene de heridas de objetos puntiagudos. En otras aldeas el día de santa Sabas está dedicado a los muertos. Las mujeres hierven trigo y se ejecuta un rito de fertilidad. Las mujeres que no pueden concebir tamizan harina a través de un cedázo vuelto al revés. Después amasan y asan pan que reparten en un cruce de caminos creyendo que esto cambiará su suerte.

Está difundida otra creencia, según la cual sants Sabas es un hombre dueño de los lobos. Hay otras que rezan que Sabas y Bárbara son unos lobos cojos que van al final de la manada. Hagamos recordar que un mes antes, entorno a la fiesta del Arcángel Miguel, se celebran las llamadas fiestas lobunas, acompañadas por ritos y prácticas que protegen.

El día de san Sabas se venera el espíritu protector de la casa. Tal vez la leyenda más difundida es que el buen Sabas siempre va detrás de Bárbara y le pide que no esparza granos de hielo por los campos. Los dos, Sabas y Bárbara, preparan una de las más grandes fiestas en diciembre, el día de san Nicolás, Taumaturgo. Dueño de los ríos y los mares, de las tormentas y los vientos marinos, san Nicolás tiene la fuerza de desencadenar y dominar estos fenómenos. En la mitología popular san Nicolás es un joven alado que puede volar a una gran altura y así observa las ninfas. Su fiesta ortodoxa se celebra el 6 de diciembre. Es uno de los pocos días durante la cuaresma navideña en que está permitido comer pescado. El plato tradicional que se prepara en las casas búlgaras es una carpa rellena, porque el santo es dueño de peces y monstruos marinos. Se amasan panes rituales cubiertos de especiales imágenes plásticas. El Día de san Nicolás es la mayor fiesta de las tres que acabamos de comentar y pone el inicio del ciclo de celebraciones con motivo de Navidad y Año Nuevo. 

Versión en español por Hristina Táseva