Petar Petrov, uno de los inventores búlgaros más productivos del siglo XX

Publicado el 10/01/14 13:59

El 21 de octubre del lejano año 1919 en la bella aldea de Brestovitsa, en el sur de Bulgaria, en la familia del sacerdote Dimitar Petrov nacía su hijo Petar. Le depararon que fuera sano y que amara el saber pero además de esto Petar resultó ser aventurero. A los 20 años de edad viajó a Francia y se sumó a la Legión Extranjera, tal vez en la época más turbulenta, ya que entonces estalló la Segunda Guerra Mundial. Petar fue al frente donde defendió la famosa Línea Maginot en la frontera con Alemania. Como voluntario francés fue capturado por las tropas hitlerianas y fue enviado a un centro de concentración en Polonia. Lo que le salvó fue su origen búlgaro y en 1941 regresó a la Patria. Fue designado guardia de honor del zar Boris III. A finales de la Segunda Guerra Mundial, Petar Petrov emigró a Alemania temiendo que sería juzgado por ser oficial del zar. El régimen comunista en Bulgaria lo sentenció a pena de muerte en rebeldía pero posteriormente cuando cobró fama mundial el fallo fue revocado.

En Alemania dio sus primeros pinitos como ingeniero e inventor de gran talento. En la Universidad de Darmstadt comenzó a estudiar ciencias de ingeniería y después continuó en la Universidad de Stuttgart con un máster en mecánica e ingeniería civil. El gran amor del búlgaro era la arquitectura naval. Mientras hacía su carrera tomó parte en la construcción y el diseño de más de 60 buques. Los años en Alemania lo vincularon con Helene Philips-Petrof. Su matrimonio duró 52 años y fueron padres de tres hijos.

La buena educación y sus ideas innovadoras marcaron el inicio de su brillante carrera. Se trasladó a Canadá donde trabajó para las Fuerzas Aéreas. Participó en proyectos de aviación en la construcción de las bases aéreas de Goose Bay, Labrador y Tule, en Groenlandia. Algunos años después su espíritu aventurero lo llevó a Indochina. Allí construyó puentes y centrales eléctricas. A su regreso a América del Norte se regaló un auténtico viaje por mar a la ciudad de Melburne a bordo de un catamarán construido por él mismo que denominó Gemini -2. Cabe decir que la primera nave espacial de dos sitios en cuya construcción participó lleva el nombre de Gemini. Desde 1960 hasta finales de su vida Petar Petrov vivió en la ciudad de Huntsville, en el estado de Alabama. Los proyectos se sucedían uno tras otro. Petar Petrov tomó parte en el equipo que diseñó el primer satélite meteorológico Nimbus y el primer satélite de comunicaciones Telstar. Un detalle curioso de la biografía del búlgaro es la invitación personal que recibió de Wernher von Braun, el famoso constructor alemán de los cohetes Fau de participar en su equipo como ingeniero de primera línea en la construcción de los cohetes Saturno del programa norteamericano Apollo.

La experiencia acumulada y sus ideas Petar Petrov decidió desarrollarlas en una compañía propia. Allí diseñó el primer monitor cardíaco inalámbrico que hoy se utiliza en los hospitales del mundo entero. Un año después inventó el prototipo del reloj digital electrónico. El reloj fue puesto a la venta en 1971 con la marca Pulsar. Entonces el modelo se vendía por 2100 dólares estadounidenses. Cinco años después la patente fue vendida a la empresa japonesa Seiko y el mercado mundial fue inundado de relojes electrónicos. En Washington en el Instituto Smithson se conserva uno de los prototipos del reloj electrónico creado por el búlgaro. No termina con esto la serie de invenciones mundiales de nuestro compatriota. Junto con sus hijos en 1975 creó la empresa ADS Environmental Services, productora de aparatos computarizados para medir la contaminación. La compañía fue fundada en broma en el garaje de Petar Petrov con una inversión inicial de 13 mil dólares de los ahorros familiares. Algunos años después ya se había convertido en un gigante con 50 millones de dólares de beneficios anuales.

El búlgaro mundialmente conocido murió en 2003, a la edad de 83 años. Fue condecorado con múltiples premios. El cabo de Petroff en la isla de Brabante en la Antártica lleva su nombre.

Versión en español por Hristina Táseva
Fotos: Archivo

По публикацията работи: Silvia Nikólova

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