El primero de febrero es uno de los días más importantes para los habitantes de la ciudad meridional de Asénovgrad, conocida hasta 1934 como Stanimaha. Heredera de las antiguas tradiciones en la vitivinicultura, la gente local venera a su patrono, San Trifon El Podador, y siempre ha celebrado su fiesta por todo lo alto. Este año los festejos duraron tres días, del 30 de enero al 1 de febrero.
En el rico y variado programa tomaron parte casi todos los vecinos de Asénovgrad, como también muchos invitados, amigos de esta ciudad y del buen vino local. Un momento destacado fue la inauguración del monumento a Aristi Chorbadzhaka (1886-1958), un maestro productor y comerciante de vino que difundió la fama del vino autóctono de la región de Asénovgrad, el Mavrud, y también del llamado malaga de Stanimaha. Dicen, sin embargo, que fue en realidad su hermana la que conocía la receta del vino málaga y la que hacía esta bebida legendaria, que su hermano se encargaba de exportar a muchos países.
Un lugar atractivo de Asénovgrad es la Casa Etnográfica, en que tuvo lugar un concurso de preparación de otra de las especialidades por las que es famosa la ciudad: las sarmi (carne molida y arroz envueltos en hojas de repollo o de vid). Mientras el jurado competente apreciaba este manjar gourmet en forma de bolitas, actrices de la compañía teatral adjunta a la casa de cultura de la ciudad recreaban divertidas escenas de la vida cotidiana de las damas de la antigua Stanimaha. El público que presenciaba el concurso pudo cerciorarse personalmente de la excelente calidad de las sarmi, regándolas copiosamente con el excelente vino tinto que fluía libremente de la fuente de agua en el patio de la Casa Etnográfica.
Un poco más tarde el “milagro” se repitió ante la iglesia de La Santísima Virgen y la Anunciación. Después de una misa solemne y santificación del agua al pie del icono de San Trifon, el agua de la fuente de la iglesia se “convirtió” en vino. Al son de la música y copas en mano, la muchedumbre siguió el icono en una colorida procesión hasta la plaza central de la ciudad.
El hito de la noche fue la competición de vino casero. La fiesta continuó con cantos y danzas típicas joró y con la cata de otra golocina tradicional búlgara, kavarma (estofado de carne y verduras servido en ollas tradicionales), acompañada nuevamente de grandes cantidades de vino, obsequio de los productores locales.
En el último día de los festejos los vecinos y los visitantes de Asénovgrad fueron a la localidad llamada San Trifon. Después de asistir a una misa festiva y encender velas en la capilla del santo, todos observaron con vivo interés las luchas tradicionales celebradas el 1 de febrero. El Gran Premio al vencedor fue un carnero de 100 kilogramos.
Versión en español por Daniela Radíchkova
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