En los últimos años, en Sofía, por todas partes empezaron a brotar como hongos nuevas librerías. Están ubicadas en las esquinas y las principales calles, así como en los grandes centros comerciales o en los barrios periféricos capitalinos. Sin embargo, es en el centro de la ciudad, concretamente en la calle de Graf Ignatiev y sus adyacentes, donde se han asentado una docena de librerías de las mayores cadenas en Bulgaria, como también pequeñas tiendas de libros que luchan por un lugar bajo el sol. En aquélla misma calle se encuentra la plaza de Slaveykov, con el mayor mercado de libros al aire libre en el país, que ha sobrevivido a todo tipo de tormentas económicas, culturales, etc. En los albores de la transición a la democracia, en la década de los 90 del siglo XX, hubo un cierre en masa de librerías, que fueron sustituidas por cafeterías y tiendas de lujo. Actualmente el comercio de libros parece experimentar un repunte, lo cual es motivo de alegría. Aún así, empero, ¿cómo sobreviven las numerosas librerías a esta fuerte competencia? Tratando de conocer la situación en el mercado del libro, Radio Bulgaria ha recogido las opiniones de personas que conocen la situación desde dentro.
“Se está creando la ilusión de que la producción de libros está en auge; esta impresión equivocada proviene de la innecesaria cantidad de librerías, concretamente en Sofía – comenta Asén Mítov, propietario de una pequeña librería céntrica, que está en este negocio desde 1989 –. No es que haya nada malo en esto, ya que con el tiempo el mercado se regulará solo, sin embargo, no creo que el proceso sea sano y sostenido. El hecho de que se publiquen apenas mil copias de obras de autores importantes, que luego no logran realizarse en el mercado por años, es una mala señal en cuanto a las tendencias”.
Los propietarios de pequeñas tiendas de libros apuestan por el trato especial a los clientes –que es su principal arma en la lucha desigual con los grandes jugadores en este ámbito.
“Los clientes habituales son elemento esencial para la supervivencia de una pequeña librería – añade Asén Mítov –. La mejor manera de lograrlo es manteniendo un buen porcentaje de gente que lee, a la que te has ganado y has logrado retener durante años. Es una tarea difícil. Cuando el cliente está satisfecho, vendrá de nuevo”.
Cada vez más a menudo las editoriales abren librerías propias, obviando de esta manera a los mayoristas, que, por lo general, se embolsan jugosas ganancias. La editorial Fyut, especializada en libros para niños, tiene tres librerías en diferentes zonas de Sofía. Para atraer a los chiquillos, cada sábado en una de ellas se organizan matinés infantiles donde los rapazuelos conocen de una manera divertida los nuevos libros. Pavlina Guénova, empleada en una de esas librerías, habla de la pugna por sobrevivir a la competencia: “Nuestra prioridad es atender a los clientes con cortesía y competencia. Además, ofrecemos una amplia gama de libros, especialmente para niños, que atraen al público lector. Hasta en tiempos de crisis la gente no deja de comprar libros para los niños. Las ventas de obras para adultos han disminuido un poco. Probablemente ello se deba a las nuevas tecnologías; la aparición de los libros digitales y la posibilidad de leer en un ordenador o en un lector electrónico son opciones más baratas para el cliente. Mientras tanto, el precio de los libros impresos se ha duplicado con el IVA”.
En los últimos años el comercio de libros en línea se está convirtiendo en actor clave en el mercado del libro y es una amenaza real para las librerías tradicionales. Según Pétar Vánchev, gerente de la tienda online más grande de este país y presidente de la Asociación para el Comercio Electrónico, “los libros tienen muy buenas ventas en línea en Bulgaria; diariamente se venden cientos y miles de ejemplares”. En su opinión el creciente interés por comprar libros en línea se debe a la confianza que se va ganando este tipo de venta, así como a la gran diversidad de títulos disponibles. “Ofrecemos absolutamente todo lo que sale en el mercado nacional – explica Pétar Vánchev y agrega –: La compra en línea es más cómoda porque ahorra tiempo. En vez de dedicar un par de horas para ir a la librería a conseguir un libro, la gente puede encargarlo en línea, tardando como mucho unos cinco minutos, especialmente si sabe exactamente lo que busca. Hay tres grupos de libros que suelen ser pedidos por Internet: los de autosuperación, pero también literatura de negocios, libros de texto, manuales y diccionarios. Siguen los libros de lectura profesional; actualmente hay un auge en las ventas de literatura contable. Y, por supuesto, lo más vendido de ficción”.
Guergana Nédeva es de las personas para las que el libro es un deleite para el alma. Sobre dónde prefiere comprar sus libros, refiere: “Suelo comprarlos en las librerías, porque me gusta respirar el ambiente del lugar – dice Gergana – . Además, allí uno puede ojear el libro, sentado cómodamente en un sillón. En la librería uno puede conocer a otras personas que también disfrutan de la lectura. Es una experiencia maravillosa; diría incluso que ir a comprar un libro es todo un rito”.
Versión en español por Daniela Radíchkova
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