"La tradición es relación y continuidad entre las generaciones, no es una ciencia que se pueda leer en un libro. Se transmite de persona a persona por imitación. De manera que cuando nosotros, los mayores de edad, mantenemos vivas las tradiciones y las presentamos adecuadamente, los jóvenes intervienen con mucho entusiasmo" - dice Marieta Nedkova, artesana descendiente de una familia de artesanos, perteneciente a la Asociación Juvenil Historia, Tradiciones, Arte y Etnología de Bulgaria, B.I.T.I.E., fundada hace un poco más de un año por un grupo de jóvenes unidos por el amor a todo lo búlgaro.

"Parte de los miembros de la Asociación se dedican a cantar a capella, poniendo énfasis en el antiguo canto polifónico búlgaro en las iglesias - explica Marieta Nedkova. - Procuran popularizar la cultura tradicional búlgara relacionada con la música. Su deseo es que la cultura llegue a un público más amplio, ya que en el Occidente a los niños se les lleva a la iglesia y allí escuchan obras de Bach. Los niños búlgaros no conocen la polifonía eslava eclesiástica, que es muy bella. En iglesias de buena acústica su impacto no tiene igual".

La mayoría de los miembros de B.I.T.I.E. tienen  menos de 29 años de edad, pero entre ellos hay personas que desde hace mucho tiempo se dedican a las tradiciones y a los oficios búlgaros, y tienen la ambición de transmitir su pasión a los jóvenes. Marieta Nedkova, que se ha consagrado a la peletería y a la elaboración de tejidos artísticos, dedica gran parte de su tiempo a difundir nuestra cultura tradicional.

"Estoy organizando talleres de artesanía y me empeño en enseñar a los jóvenes, les hago conocer las tradiciones antiguas y recrearlas, producir obras modernas sobre la base de una tradición antigua - explica Marieta. - Realizamos los talleres en el Museo Nacional de Historia con el que tenemos un contrato para atraer a un público mayor. Fundamos el Centro de Formación de Jóvenes en que organizamos talleres de cerámica, textil y fabricación de jabones. Estamos dispuestos a incluir otros cursos más, si hubiera interés. Tenemos también cursos temáticos. Por ejemplo con motivo del 1 de marzo estamos elaborando mártenitzas, los mágicos amuletos heredados de nuestros antepasados que son un saludo a la aproximación de la primavera. Por Navidad hacemos survachka, un objeto especial para la celebración del Año Nuevo. En la vísperas de Pascuas de Resurrección haremos talleres para colorear huevos utilizando cera como lo solían hacer en la región de Velingrad y en Ihtiman según la tradición búlgara. Los huevos pintados son un regalo a Dios. Se colocan al pie del icono, se consagran en la iglesia y encierran un profundo simbolismo. Cada huevo es como un libro abierto donde se puede leer qué ha querido decir el artista. Se les mandaban hacer a la persona más diestra de la localidad, porque cada uno sabe pintar los huevos, pero no todos pueden decorarlos debidamente. En los primeros días de la Pascua de resurrección la gente regalaba huevos pintados a sus familiares. Lo hace también hoy".

Según Marieta Nedkova, la edad de 10 a 14 años es la más idónea para que los niños aprendan a respetar la historia y las tradiciones búlgaras. En los talleres participan niños muy pequeños, como también sus padres. "Se les contagia pa pasión de los niños y les encanta tocar con sus manos y ver cómo se elaboran los objetos", dice y agrega:

"En el Centro disponemos de otras atracciones también. Los visitantes del museo tienen la oportunidad de vestir trajes  auténticos de antiguas películas búlgaras. Actualmente, en el Museo Nacional de Historia se encuentra la guardarropía de las películas La Gloria del Kan Asparuh y Zar Boris Primero. Cada uno puede vestirse y tomarse una foto sentado en el trono de zar Boris y también aprender algo sobre la historia búlgara. En cuanto los niños entren en contacto directo con la historia, la asimilan de manera más fácil. Si recrean un acontecimiento histórico, lo recordarán toda su vida. No recuerdan las fechas y los eventos como un catálogo, sino lo que les ha llamado la atención. Su participación les impacta y están dispuestos a compartirlo con sus amigos. Nadie relata sus lecciones de historia cuando sale con sus amigos o en las redes sociales, pero siempre cuenta lo que ha aprendido en los talleres del Museo Nacional de Historia".

Los jóvenes de B.I.T.I.E. toman parte en distintas iniciativas promovidas por organizaciones no gubernamentales cuyo objetivo es mantener vivos el espíritu y las tradiciones búlgaras. Por ejemplo, el año pasado participaron en el los Días de los Ancestros, un festival organizado por la Asociación Avitohol  de Varna. En la reserva arquitectónica e histórica nacional de Pliska, los jóvenes se trasladaron a diferentes épocas mediante la reproducción de diferentes periodos de nuestra historia medieval.