¿Cuál es el resultado de la reunión de dos amigas emprendedoras que quieren a los niños y están convencidas de que la matemática no es nada aburrida sino al contrario, extraordinariamente entretenida? La respuesta certera a esta pregunta la ofrece el Centro de Matemática Entretenida, un recinto de alegre colorido en el que niños menores, de 4 a 12 años de edad van descubriendo la hermosura de la matemática por medio de juegos, solución de problemas  entretenidos, danzas y teatro matemáticos.

Las creadoras del centro, Svetlana Goranova y Galia Péncheva se apasionaron por esta ciencia exacta ya en sus años de alumnas en el liceo de matemáticas de Sofía. Al terminar esos estudios los caminos de las dos amigas se separaron. Svetlana hizo un máster en matemáticas en Alemania mientras Galia se graduaba en la carrera de ingeniero en equipos de aviación.

Svetlana se autodefine como persona emprendedora, visionaria y profesora. Galia opina tajante que a pesar de su prestigiosa carrera es el magisterio el que le ofrece mayor satisfacción. En 2010 Svetlana obtuvo una beca en el marco del Programa Erasmo para  empresarios jóvenes y viajó a hacer trabajos prácticos durante 6 meses en el Museo Interactivo “Imaginario Scientifico”, en Italia. Fue allá donde aprendió cómo se hace negocio, cómo se organizan talleres de ciencia  divertida y se inspiró de aquella estancia en Italia para la creación de su centro. No le costó mucho trabajo atraer para  la idea a Galia. Así hace poco más de tres años vio la luz en Sofía el Centro de Matemática Entretenida. Son las dos chicas quienes elaboran solas el programa, inventan los problemas divertidos, la danza matemáticas de los números con la cual se  inicia la enseñanza que ofrecen a los chicos de más corta edad: “Por lo general  decidimos  primero el tema que resultará  muy interesante para los menores. Frecuentemente se trata de algún problema matemático que nos ha gustado a las dos y nos ponemos a pensar si acaso lo podemos adaptar y adecuar a la mentalidad infantil”, dice Galia. “Nos ponemos a buscar en diferente libritos, muy a menudo echamos mano a la vieja literatura rusa, accedemos a sitio en Internet. Tras recopilar los distintos elementos procuramos  darles una forma entretenida en función de si pretendemos ir al País de la Geometría Entretenida para enseñarles a los niños a crear triángulos o bien les contaremos algún cuento a los chicos. Ahí está la esencia, tales cuentos apasionan a los menores y les sirven de una  especie de iniciación a la matemática  aunque no la entiendan aún. Muy a menudo, al término de nuestras reuniones con los niños éstos  dicen:”No hemos  resuelto problemas con numeritos. ¿Ha sido esto matemática?”

Los  niños son  infinitamente curiosos”, dice  convencida Galia. “Por esta razón, las dos jóvenes  se han planteado mantener y  alentar su interés y curiosidad.”Cada vez subimos un poco el listón, aumentamos el reto. Así los niños aprenden a ser pacientes y laboriosos porque en la matemática uno  debe  perseverar”, agrega.

Los menores aprenden encarnándose en  protagonistas  de diferentes problemas matemáticos y frecuentemente están siendo socorridos por las princesas Cifrona y Geometrina, que siempre están polemizando cuál es la cosa más importante: los números o las figuras geométricas. Además de en el centro Svetlana y Galia ofrecen formación a los menores en forma extraescolar en varios planteles de Sofía. Los cumpleaños matemáticos representan otra modalidad que las dos entusiastas emplean para instigar la curiosidad infantil. “En los cumpleaños no resolvemos  problemas”, explica Svetlana. “Buscando un tesoro enterrado por piratas o participando en juegos de espionaje los chavales cruzan por diferentes enigmas matemáticos y al descifrarlos llegan al tesoro o bien  descifran algún mensaje secreto”. La matemática puede ser tan contagiosa que los menores, una vez contraído este contagio, no se pierden la oportunidad de  acudir a las escuelas de verano. Por el Día Internacional del Número PI, el pasado 14 de marzo, el centro de Sofía organizó una gran fiesta  para todos los aficionados a las matemáticas.

Desde hace algún tiempo, Svetlana y Galia se han dedicado a una causa social frecuentando una casa social para menores abandonados en la ciudad de Vratsa: “Hemos resuelto atender a menores de tales  casas sociales en las que realmente existe la necesidad de ofrecer en forma accesible la materia que enseñamos. A muchos de estos niños les faltan conocimientos y, además, sienten una falta de seguridad en sí mismos, en sus propias fuerzas”, dice Svetlana. “Siendo uno de nuestros objetivos el de alentar a los niños a que confíen en sí, creemos  que podemos ser de gran utilidad en estos hospicios de menores abandonados”.

Svetlana sueña, además, con que las dos amigas  enseñen una especie de matemática entretenida itinerante: “Soñamos con disponer de un minibús en que quepan cosas divertidas de todo tipo y a bordo del cual viajen unos matemáticos entretenidos que puedan darles una sorpresa a los menores a cualquier hora y en cualquier parte. Otro sueño nuestro es poder llegar a menores de edad de posibilidades  muy limitadas y hasta a chicos invidentes”, confiesa Svetlana.

Para las dos amigas la receta del éxito estriba en lo siguiente: cualquier cosa que uno haga deberá hacerlo de todo corazón y con entrega total: “Francamente dicho, me imaginaba al comienzo que sería un trabajo en el que enseñáramos la matemática en un par de horas y que el resto del tiempo lo tendríamos libre”, dice Galia. “Ocurrió todo lo contrario. El primer año estuvimos luchando sólo nostras dos y en ese período, desde luego, contábamos con un respaldo enorme por el que les estamos muy agradecidas a muchas personas. Sin embargo, las dos lo hacíamos todo: éramos maestras, managers, encargadas de Relaciones Públicas. Así fuimos cobrando esa seguridad que procuramos transmitir a los menores. Nos fuimos volviendo más flexibles, más comprensivas. Una de las  grandes dificultades residió en nuestros contactos con los padres de los niños, concretamente en llegar a persuadirlos de la utilidad de loque estábamos haciendo Svetlana y yo. El segundo año surgió el nuevo reto relacionado con las personas que trabajan por nosotras. Algunas tenían más edad que nosotras dos y nos resultó imposible comportarnos como unas jefas tradicionales impartiendo órdenes y criticando a sus subordinados”.

Versión en español por Mijail Mijailov
Fotos: Archivo personal