Cada vez que hacemos referencias a playas de arenas doradas y a la reventazón de las olas del mar solemos imaginar en una primera asociación a un surfista bronceado, lanzado en la aventura de dominar las olas. Resulta, sin embargo, que domeñar el elemento marino es un reto que afrontan no sólo los aficionados a las vivencias extremas sino también los científicos.
Actualmente, investigadores del mundo entero se empeñan en llegar a dominar la energía de las olas y transformarla en electricidad. En esta importante competición intervienen también científicos de Bulgaria. Un pequeño equipo del Instituto de Ingeniería Sistémica y Robótica, adscrito a la Academia de Ciencias de Bulgaria y dirigido por el catedrático, Guencho Staynov, trabaja en la creación de un equipo inteligente capaz de extraer energía de las olas del mar en la zona para surfear. “El objetivo es que este dispositivo pueda emplearse en la costa búlgara. El dispositivo será utilizable para el inferior potencial de olas en la misma y resultará el menos costoso posible para así resultar asequible para mayor número de personas”, explica Bozhidar Naidenov, doctor en el citado instituto, quien participa en la labor en esta esfera científica novedosa para Bulgaria. Podrán valerse de este dispositivo portátil todos los aficionados a las vacaciones en camping o en parajes en que no hay acceso a la red de transportación eléctrica. Con la ayuda de este equipo uno podrá alimentar con electricidad un refrigerador, teléfono móvil o televisor. El aumento brusco de la energía de las olas durante tempestades es una de las trabas para el aprovechamiento de este tipo de energía. Bozhidar Naidenov expresa resaltando los esfuerzos de los científicos búlgaros por superar este impedimento.
“Lo más importante que tiene este dispositivo es su capacidad de resistir a tempestades ya que durante un temporal la energía de las olas aumenta centenares de veces. La energía que generan las olas incluso en el mar Negro es de 200 a 300 veces más alta en tales casos y no hay dispositivo capaz de aguantar tamaño aumento múltiple. Por esto el dispositivo debe ser fácil de proteger. La variante anterior de nuestro dispositivo, del año 2012, fue creada para funcionar en aguas profundas. Al desatarse una tempestad aumentando la energía el dispositivo se da cuenta del hecho, ya que comienza a generar más energía y se sumerge a mayor profundidad hasta tocar fondo. Tras remitir la tempestad el dispositivo vuelve a emerger y sigue funcionando. Nuestra variante más reciente de este dispositivo es aplicable en zonas en que el mar es menos profundo y así aquél puede retirarse solo al litoral. Como decíamos, la resistencia a tempestades es aspecto de suma importancia de este dispositivo. Otra cosa interesante que tenemos en nuestro dispositivo más reciente es su simplificado diseño. Procuramos que el equipo sea el menos costoso y el más simplificado posible, ya que las cosas sencillas suelen ser las más eficaces, más robustas y más fáciles de mantener. Este dispositivo consigue extraer un 20% de la energía de las olas”.
La elaboración búlgara se encuentra en la fase de prototipo y así seguirá desarrollándose y perfeccionándose. Uno de los propósitos de los científicos es el de popularizar este tipo de energía verde y hacerlo más accesible para mayor número de personas. A pesar de la baja remuneración que cobran en la Academia de ciencias de Bulgaria Bozhidar Naidenov confiesa que ésta representa “una buena base y un buen comienzo para los estudiosos jóvenes sobre todo en el terreno de la técnica y las construcciones mecánicas”. Él mismo se ha graduado en la carrera de Ingeniería industrial de la Universidad Técnica de Sofía. Opina convencido que los científicos búlgaros no ceden por su experiencia y conocimientos ante sus colegas de Occidente y que su problema reside en la falta de recursos suficientes para la materialización de sus ideas innovadoras. Bozhidar tuvo la oportunidad de conocer y aprovechar la experiencia también de expertos consagrados de Occidente en el terreno de la robótica. En Suecia estuvo trabajando cinco meses en preparar su tesis de grado, y en 2012 estuvo especializándose durante 6 meses en Francia. Este búlgaro joven, de 27 años de edad, señala lo que lo movió a dedicarse a la ciencia en general y a la robótica en especial.
“Durante la preparación de mi tesis de grado en Suecia visite la Universidad en Orebro en la que se desarrolla una intensa actividad en la esfera de la robótica. Cuentan allá con un laboratorio en que se desempeña un equipo búlgaro muy pujante. Fue entonces cuando pude asomarme a este ramo científico y comprobar que se trataba de algo realmente difícil pero sumamente interesante. Allá pude ver unos robots tremendamente interesantes, muy veloces. La robótica es un campo muy vasto en el que te puedes dedicar a la mecánica, la dirección, el diseño, etc. Engloba muchos ramos de la ingeniería”.
Versión en español por Mijail Mijailov
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