La tecnología hidropónica para el cultivo de frutas y hortalizas (usando disoluciones minerales en vez de suelo agrícola) no está muy difundida en Bulgaria.  ¿Para qué nos sirve? Disponemos de suficiente tierra cultivable de excelentes calidades. La alternativa, sin embargo, no es despreciable debido a una importante ventaja - la del altísimo rendimiento - hasta diez veces mayor que en la agricultura tradicional. Y el proceso de maduración está significativamente reducido. No obstante, la sociedad se interesa en la calidad de las verduras producidas a base de este cultivo artificial.

Un diario búlgaro informa sobre un curioso experimento con esta tecnología en la región de Sliven, en el este de Bulgaria. La tecnología hidropónica se aplica en la central termoeléctrica local. De principio, la iniciativa fue planeada para el cultivo de hortalizas para las necesidades del comedor de la empresa. Los buenos resultados en términos de rendimiento y la calidad de los tomates y los pepinos obtenidos hicieron que la producción se volcara al mercado local. El invernadero hidropónico para el cultivo de hortalizas en la central termoeléctrica de Sliven ocupa apenas media hectárea.

"Es fácil hacerlo en una central termoeléctrica - aquí tenemos calor, electricidad y agua, solo teníamos que usarlos", dijo a Radio Bulgaria el ingeniero Pavlin Kostov, encargado del invernadero de hortalizas en la empresa.

"La capacidad principal del invernadero se realiza en invierno, cuando mediante el calor logramos mantener temperaturas altas, a diferencia de la mayoría de los otros invernaderos. Cuando afuera las temperaturas bajan a 10 o 15 grados bajo cero, en nuestro invernadero son de 20 a 25 grados sobre el cero. Podemos tener cosecha durante todo el año. Sin embargo, durante el verano, hay dos meses en que no trabajamos, ya que entonces invaden el mercado los productores rurales y no podemos competir con ellos. La región de Sliven es conocida por su horticultura.

¿Cómo se cultivan verduras con esta tecnología?

"Las plantas están en un sustrato llamado perlita Agro - un mineral extraído de yacimientos en Bulgaria, explica el ingeniero. Todos los nutrientes necesarios para el tomate se suministran a las plantas a través de riego por goteo y todo el proceso es controlado por ordenador. Analizamos los nutrientes que suministramos y los que quedan en la planta, y así determinamos con precisión las necesidades de las plantas para obtener una producción de mejor calidad. Cuando uno siembra tomates en el suelo, no siempre sabe qué exactamente hay en él. A menudo el suelo es pobre en magnesio o en calcio. Los fertilizantes no siempre responden a las necesidades concretas de los distintos tipos de suelo o plantas. Así que puedo afirmar que la calidad de nuestras hortalizas es mucho más alta que la de las plantas cultivadas en suelo. Esto se nota en el sabor y en el olor. Los tomates saben a los verdaderos tomates caseros de antaño".

No hemos probado estos tomates, así que no podemos confirmarlo, pero el interés de los clientes de la región por los tomates y los pepinos cultivados en el invernadero de la central termoeléctrica, habla por sí solo. Los tomates son del tipo predilecto de muchos búlgaros, de color rosa, piel fina y muy carnosos. Hemos planeado ampliar el invernadero, dice el señor Kostov y agrega que para los productores de áreas pequeñas como la suya, es decir de hasta 1 hectárea, la horticultura no deja de ser una iniciativa de riesgo, ya que no está respaldada por el Estado de ninguna manera.

Es curioso el método de polinización usado en el invernadero de la central termoeléctrica.

"Polinizamos los tomates con bombos, llamadostambién abejorros, insectos himenópteros similares a las abejas. Hay dos maneras de polinizar los tomates en el invernadero. La primera es más barata y más fácil, es por pulverización de la flor con agentes hormonales. La segunda es más ecológica, con ayuda de un tipo especial de abejas. Los bombos viven en colmenas de papel y polinizan las plantas de forma natural, resume el ingeniero Pavlin Kostov ".