Desagradable, pero cierto, la visita del premier Plamen Oresharski a Roma, prevista para el 22 de mayo no se llevó a cabo. Semejantes acontecimientos no ocurren a menudo en las relaciones internacionales, por lo que ésta salida en falso ha causado turbulencias en los círculos diplomáticos e interpretaciones picantes de lo ocurrido por parte de los medios de comunicación.
El jueves el primer ministro búlgaro tenía que llegar a Italia a una visita oficial y reunirse en Roma con su homólogo italiano, Matteo Renzi. Estaba planeado que los dos debatan las sanciones contra Rusia y expresen su apoyo común a los líderes socialistas en las elecciones europeas. Sin embargo, el fracaso de la visita se ha desarrollado a una velocidad vertiginosa. El miércoles por la tarde-noche las autoridades búlgaras fueron informadas que Renzi no podría recibir a Oresharski. Después el gabinete de prensa del Consejo de Ministros informó en este respecto que el premier búlgaro no viajará a roma. Al día siguiente el protocolo italiano difundió la información que Matteo Renzi está ocupado con la inauguración de un monumento a los carabinieri y con mítines electorales, pero que Oresharski está bienvenido el 28 de mayo.
Para disimular el fallo al pie del cañón se pusieron el ministro de Asuntos Exteriores y el embajador búlgaro en Roma, Marin Raikov. Sus puntos de referencia eran casi los mismos: Bulgaria e Italia mantienen excelentes relaciones, no hay motivos de dramatizar, la vista de Oresharski sólo ha sido aplazada. Sin embargo, los observadores están unánimes en una cosa: este paso por parte de Roma podría estar justificado sólo en una situación de crisis, que sin embargo no se observa en Italia. A esto habría que añadir que seguramente para esta salida en falso de la visita, cierta culpa probablemente tienen también personas del protocolo y diplomáticos de ambos países.
A pesar de esto, una delegación búlgara, presidida por la vice primera ministra Daniela Bobeva, viajó a la Ciudad Eterna, donde celebró reuniones con la Confederación de los Productores Industriales de Italia, Cofindustria, y con representantes de la comunidad búlgara en Roma.
Aparte de los viajes de Oresharski a Bruselas para participar en diferentes encuentros de líderes de la UE, su visita oficial a Italia iba a ser la primera a un país occidental, miembro de la UE. En casi un año de gestión él ha visitado oficialmente sólo a Rumania y Croacia.
Ahora, tras la salida en falso, tres delegaciones búlgaras visitan a la Ciudad Eterna en el marco de varios días seguidos. En vez de Oresharski en Roma estuvo de visita Daniela Bobeva. El 24 de mayo, la vice primera ministra Zinaida Zlatanova, está ahí para participar en una misa en la tumba de San Cirilo, y el 28 de mayo Plamen Oresharski tendrá una audiencia con el papa Francisco y una reunión con el premier italiano Matteo Renzi.
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