La eficiencia energética es una gran fuente de reservas para la economía búlgara. Coincidieron en señalarlo el primer ministro Plamen Oresharski y la comisaria europea de Acción por el Clima, Connie Hedegaard, en Sofía. El debate europeo sobre los objetivos más altos de cara a los próximos 15 años fue un hito de la conversación mantenida por los dos en el marco de la visita de un día que efectuó la comisaria europea a Sofía. Dichos objetivos se encuentran recogidos en la nueva estrategia energética a mediano plazo y contemplan que hasta 2030 los países miembros reduzcan las emisiones de gases de efecto invernadero en más del 40% frente a 1990. Esto es, para muchos de ellos, y en especial para Bulgaria, un auténtico reto.

“De principio apoyamos la disminución de las emisiones de gases de efecto invernadero y la mejora de todos los parámetros ecológicos. Al mismo tiempo, seguimos hasta cierto punto escépticos respecto de los objetivos finales. Consideramos que podrían ser menos ambiciosos, pero seguiremos participando activamente en los debates de cara a una distribución más pareja de los gravámenes entre los estados miembros, declaró al término de la entrevista el premier búlgaro, Plamen Oresharski. Los objetivos climáticos deben estar en equilibrio con los objetivos del desarrollo económico para que no desemboquen en un empeoramiento de la competitividad de las economías europeas. Coincidimos con la eurocomisaria que la gran reserva, sobre todo para la economía búlgara, es la eficiencia energética. Seguiremos trabajando para mejorar sus parámetros porque la eficiencia energética es un indicador en que Bulgaria se rezaga considerablemente”, agregó el Jefe del Gobierno búlgaro.

“El sector de Energía de Bulgaria afronta muchos desafíos”, señaló la euro comisaria Connie Hedegaard. En sus palabras, la Comisión Europea procura conjugar sus ambiciosos objetivos asociados al cambio climático con la elevación de la eficiencia del sector de Energía y de la competitividad de los países comunitarios. “El cambio climáticono es unaamenaza lejana. Según tengo entendido, los búlgaros también lo están viviendo en sus propias carnes. Es algo que afecta la vida de la gente. Por esto debemos prestar atención al clima, a la dependencia y la seguridad energética y, al mismo tiempo, cuidar de la economía, el crecimiento, el empleo y la competitividad – destacó Connie Hedegaard. – La eficiencia energética es una prioridad y un mecanismo muy importante de la UE. Actualmente, Europa envía a diario 1000 millones de euros a terceros países pagando de esta manera por las importaciones de combustibles fósiles del exterior. Cada día unos 300 millones de euros van a Rusia para pagar los combustibles fósiles que recibimos de ahí. ¿No sería más conveniente para nosotros aumentar la eficiencia energética, trabajar para una política energética mejor para Europa e  invertir este dinero en Europa?” – ha preguntado la eurocomisario retóricamente.

El debate sobre el nuevo orden europeo en materia de energía hasta el año 2030 continúa en los países comunitarios sobre el telón de fondo de una preocupación cada vez más perceptible por el hecho de que la política europea a largo plazo en este ámbito pone en riesgo la economía comunitaria. Para alcanzar los altos objetivos de reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero los países miembros invierten miles de millones de euros en alternativas a los combustibles fósiles, todo ello en tiempos de crisis. La CE prevé que hacia 2050 dichas emisiones sean reducidas en un 90% frente a 1990. Los objetivos de la estrategia para los próximos 15 años son más altos que los previstos para el próximo periodo programado (2014-2020) y será relativamente más fácil soportarlos que los previstos para los 25 años subsiguientes.

La eficiencia energética es tarea prioritaria clave de la nueva política en materia de energía de la UE y de Bulgaria.

Versión en español por Ruslana Valtcheva