La edad promedio de los maestros en Bulgaria es la más alta de Europa (50 a 55 años). Ahuyentados por la falta de prestigio y por el salario miserable, los profesores jóvenes son una especieen peligro de extinción; sólo el 3% tienen menos de 30 años de edad. Debido a la baja paga, la profesión es poco atractiva también para los hombres, lo que ha conllevado a una importante feminización de esta carrera; el 81% de los pedagogos en Bulgaria son mujeres. En un intento de resolver el problema, al menos parcialmente, hace unos días el Ministerio de Educación, las organizaciones de empleadores y los sindicatos en el sistema educativo firmaron un Contrato Colectivo de Trabajo que prevé que a partir del 1º de septiembre el salario mínimo de los profesores aumente en 3 a 6%. De este modo, el maestro principiante cobrará un salario inicial de no menos de 265 euros, el senior, de 277 euros, y el principal, de 295 euros. “Con el nuevo Contrato Colectivo queremos conceder lo debido al maestro búlgaro, restablecer la confianza en él y decirle a la sociedad que el enseñante es el factor más importante en la educación de cada niño”, ha declarado la ministra de Educación, Anelia Klisárova.

¿Cómo acogieron esta noticia los trabajadores docentes, y es suficiente este dinero?

Guergana Nédeva, maestra de primaria con 16 años de experiencia a sus espaldas, dice: “Creo que el incentivo financiero debe ser bueno. Es sabido que la prosperidad de la sociedad depende de los jóvenes bien instruidos y educados, así como de la atención médica. Lamentablemente, en Bulgaria estos dos ámbitos no cuentan con suficiente apoyo. Los salarios son bajos. El inicial de 265 euros podría atraer a algunos jóvenes pero teniendo en cuenta que ellos son más abiertos al mundo y cuentan con mayores oportunidades de trabajar en áreas más prestigiosas, dudo que esta suma sea un estímulo apropiado. La introducción de los presupuestos delegados, que han puesto de rodillas a las escuelas más pequeñas y con menor número de alumnos, así como la facultad concedida a los directores de determinar las remuneraciones llevó a una fuerte polarización de éstas. En algunas escuelas los sueldos rondan los 250 euros, mientras en otras llegan a 400 y 500 euros. El respeto a la profesión docente depende no sólo del salario sino también de la actitud de la sociedad en general. Un buen sueldo pondría más alto el listón a la hora de admitir a estudiantes en la universidad y convertiría la profesión docente en una especialidad deseada”.

Guergana Nédeva explica qué fue lo que la motivó a dedicarse a esta profesión a pesar de la falta de prestigio y del salario bajo. “Lo que me estimula es que como maestra de escuela primaria doy un buen arranque en la vida de los niños instruyéndolos, enseñándoles a adquirir conocimientos, a pensar y a razonar. El primer maestro se recuerda toda la vida, dice la gente. Para mí la enseñanza es una misión y no un mero medio de ganarme la vida”.

Silvia Petrova es maestra principiante en una escuela primaria capitalina. Dice que le gusta trabajar con niños. El resultado visible de su labor y el ambiente confortable en que trabaja son algunas de las ventajas que destaca. Sin embargo, ¿para qué alcanza un sueldo de 265 euros?

“Para los estudiantes recién graduados, especialmente si no son de Sofía y no tienen casa propia, es muy difícil cubrir las facturas de alquiler, luz, calefacción, teléfono, Internet y todo lo que necesita una persona joven. No les queda nada para divertirse o para comprarse cosas. Sin un segundo empleo o sin la ayuda de los padres les resulta muy difícil arreglárselas”.

Irina Filipova, compañera de trabajo de Silvia, cree que el aumento de la remuneración podría estimular hasta cierto punto a los jóvenes que quieran dedicarse a la profesión docente pero que no acrecentaría su prestigio. Personalmente a ella lo que la viene motivando, ya siete años a trabajar como profesora, es el amor en los ojos de los niños.

“Apenas me las arreglo, el dinero no alcanza casi para nada – confiesa –. En estas circunstancias es muy difícil que uno se independiice y se mantenga por sí solo. He buscado alternativas pero es muy complicado compaginar la profesión docente con otra, ya que requiere mucho tiempo. Hacer dos trabajos suele implicar ineficiencia en uno de ellos. Por esto cuento con la ayuda de mi familia”.

Versión en español por Daniela Radíchkova