El Metropolitan, La Scalla, la Covent Garden son algunos de los teatros musicales mundiales que se han rendido ante el talento y la artisticidad de nuestra compatriota, Svetla Vasileva. La soprano actúa con frecuencia en los escenarios operísticos no sólo de Europa y EEUU, sino del Japón y de Australia. Tiene su agenda colmada de compromisos para años seguidos pero resulta escasamente conocida en su patria probablemente por el hecho de que tras terminar los estudios en la Academia Nacional de Música, de Sofía, viajara directamente a Italia, país en que estudia y trabaja. Su esposo es italiano, y su hija, de 11 años de edad, lleva el hermoso nombre nipón, Yume. La chica acompaña siempre a su mamá por el mundo entero. Recientemente, las dos estuvieron en Bulgaria con motivo del primer proyecto que Svetla Vasileva ha realizado por idea de Radio Nacional de Bulgaria. Se trata de un CD que incluirá 12 canzonettas.
“Vuelve a Sorrento”, “Santa Lucía”, “No me olvides” resultan familiares por el repertorio de Luciano Pavarotti y Plácido Domingo. En sus conciertos las entona, asimismo, Andrea Bocelli, al que la soprano búlgara ha acompañado en el canto en reiteradas ocasiones. Radio Nacional de Bulgaria es productora del álbum que se espera sea editado este otoño.
La cantante se pasó cinco días en compañía de los músicos de la orquesta Sinfónica de Radio Nacional en el Estudio número Uno de esta casa. Las grabaciones se hicieron bajo la batuta de Marcelo Rota, primo del famoso compositor de música de películas Nino Rota y amigo de Andrea Bocelli. Svetla Vasileva lleva años trabajando con este maestro.
“Me alegro que la orquesta está integrada por todos sus músicos, porque la interpretación de canzonettas napolitanas reclama una densa orquestación”, dijo maestro Rota y elogió a los músicos búlgaros.
El último día de la grabación se fue al Estudio también el violinista búlgaro de fama mundial Vasko Vasilev, quien desde hace años es amigo y admirador del arte de la prima búlgara. Arribó a Bulgaria especialmente para participar en las grabaciones del primer disco de la cantante. Como primer concertino de la Real Ópera de Londres, Vasko reconoció que hasta el momento no había escuchado a una Violeta mejor en la ópera La Travista.
Los dos músicos parecían unos niños subidos al podio: felices, talentosos y emocionados por la música que interpretaban. En los últimos minutos del tiempo para la grabación se oyó la voz de una chica de pelo negro que apoyaba con su canto la famosa “Funikuli Funikula” y lo hacía al comienzo de forma tímida y cohibida para hacerse después más valiente, plantada entre Svetla y Vasko.
“Eso no formaba parte del plan”, explicó Svetla Vasileva. “Nos sobraban unos diez minutos e improvisamos con esta canción. Ignoro si pasará a formar parte del disco, fue más bien un tema cantado, para nuestro deleite y para tener un sereno final”. Resultó que la chica había sido Yume Pellegrino, hija de Svetla, que sabe búlgaro.
“Estaba presa de una gran emoción. Nunca antes había cantado ante público. Me sé de memoria esta canción, la he ensayado con mamá, pero no me sentía segura de mi misma cuando ella me llamó al podio. La música me gusta desde mi niñez, he estudiado piano y violín pero no he decidido todavía qué profesión elegiré”.
Svetla Vasileva tiene doble nacionalidad -búlgara e italiana- pero siempre ha subrayado que es búlgara. Hay más y es que su familia siempre la acompaña en los viajes. “Si uno consigue el éxito en lo profesional, esto ya es un éxito, pero si logra tener una familia robusta, ya tiene un éxito por partida doble, ¿verdad?”.
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