Como país de muchas montañas, en Bulgaria siempre han crecido en medio de la naturaleza y también han sido cultivadas las frambuesas. En un pasado no muy lejano esta fruta fue uno de los principales productos agrícolas de exportación. El desplome de la agricultura nacional después de la caída del muro de Berlín convirtió a Bulgaria de un gran exportador de frutas y hortalizas en importador del 80% de las ofrecidas en el mercado nacional.

Las ayudas que los agricultores búlgaros comenzaron a percibir en el marco de la Política Agraria Común (PAC) de la UE a partir de 2007 impulsaron el desarrollo de sectores como la producción de granos, pero casi no llegaban a los productores de frutas y hortalizas, y éstas perdieron competitividad no obstante las buenas tradiciones de Bulgaria en la horticultura y las magníficas cualidades de sus productos.

¿Es posible revivir la horticultura búlgara y por dónde hay que comenzar?

En la distribución  de los subsidios europeos en el período 2014-2020 se dedicará por primera vez atención especial al cultivo de frutas y hortalizas, así como a la ganadería, menospreciadas en el período de programación anterior. A fin de lograr mejores resultados al encauzar los subsidios europeos, el Ministerio de Agricultura y Alimentos hizo un estudio para ver qué cultivos frutales podrían revestir importancia estratégica.

“La frambuesa ocupó el segundo puesto”, declaró a Radio Bulgaria Bozhidar Petkov, presidente de la Asociación de Productores de Frambuesas en Bulgaria, de reciente creación, y miembro del Consejo Directivo de la Organización Internacional de la Frambuesa. En 2018 precisamente en Bulgaria se celebrará el congreso mundial de esta organización, lo cual es indicativo del gran potencial del país en el mercado de la frambuesa.

¿Cuál es la situación en el mercado de frambuesas europeo hoy en día?

En el Viejo Continente desde años es líder en la producción de frambuesas la vecina Serbia, en continua competencia con Polonia, que en 2013 ocupó la cabecera de la clasificación. El tercer mayor jugador en este mercado es Bulgaria, con volúmenes de producción bastante más bajos.

Los campos de frambuesos ocupan cerca de 1,3 mil hectáreas en Bulgaria, y su extensión es de 10 a 15 veces menor que la de los países competidores. La producción anual es de 6,5 a 8 mil toneladas. No obstante, Bulgaria podría aprovecharse con éxito de la coyuntura del momento en el mercado mundial en el que desde hace algunos años hay escasez de estas frutas, muy deliciosas pero también muy poco duraderas.

“En estos momentos Bulgaria tiene cierta ventaja ante Serbia porque allí casi el 80% de las frambuesas se cultiva en terrenos sin riego. Las grandes sequías de los últimos años y las elevadas temperaturas en 2012 y 2013 redujeron bruscamente el rendimiento medio del cultivo. Serbia ha agotado su reserva de frambuesas guardadas en neveras, ahora se siente un importante déficit de esta fruta en el mercado europeo y los precios han subido vertiginosamente. En el mercado mundial de la frambuesa el agente principal es Chile, que compensa la periódica escasez de frambuesas tanto en América como en Europa. Sin embargo, en los últimos dos años también ese país está teniendo graves dificultades en la cosecha. En este contexto, Bulgaria tiene la excepcional posibilidad de ocupar una mejor posición en la troica de los líderes en la producción  de frambuesas en Europa (Polonia, Serbia, Bulgaria). En las regiones de Loznitsa, Popovo y Veliki Preslav casi todas las plantaciones están dotadas de sistemas de riego y aquella zona se ha convertido en un nuevo centro de la producción de frambuesas. El clima y el suelo de la zona son muy apropiados y la existencia de sistemas de riego ha garantizado un magnífico arranque de esta producción.

En palabras de Bozhidar Petkov, dado el cambio climático, el futuro de las plantaciones de frambuesas depende del riego. Los buenos precios en los últimos dos años han motivado a muchos agricultores a dedicarse a la producción de esta fruta tierna y caprichosa. Sin embargo, muchos se han visto abocados a un importante reto, que es la inexistencia de mano de obra temporera para la recogida de la cosecha.

“En diferentes regiones hay áreas de 10 a 30 hectáreas en las que se podrían plantar frambuesos, pero la falta de suficiente mano de obra es un factor limitante”, explica el agricultor. “Los jóvenes prefieren marchar al extranjero para recoger frutas allí a cambio de una mejor retribución. Los jubilados no pueden hacer este trabajo, y muchos cesantes prefieren no aceptar este trabajo para no perder las ayudas que reciben a consecuencia de haber trabajado un par de meses, aunque fuera a cambio de una buena retribución. Los que se animan a hacerlo se niegan a firmar contratos, lo cual es un riesgo que debe asumir el agricultor contratante. Es un problema de muchos años al que las autoridades no encuentran solución”.

“La alternativa es contratar mano de obra de fuera para la recogida de las frambuesas o lanzar las cosechadoras combinadas a los campos de frambuesos y eliminarlos”, dice bromeando Bozhidar Petkov. “Sería una lástima, agrega, porque las frambuesas ofrecen trabajo temporero a unas 45 mil personas, lo cual no es de menospreciar”.

Versión en español por Raina Petkova