Cuando a finales de 1941 el Gobierno búlgaro, presionado por Hitler, declaró, simbólicamente, la guerra a Gran Bretaña y Estados Unidos nadie se imaginaba que dos años más tarde ésta se convertiría en una realidad cruel. El 10 de enero de 1944 una formación de 200 aviones norteamericanos, aproximadamente, bombardeó la capital Sofía.
Así comenzaba este año, que sería cardinal en la historia búlgara. Los bombardeos continuaron también en la primavera. A finales del verano, las relaciones de Bulgaria con Alemania empeoraron; además, la guerra con Londres y Washington ya era realidad. El país necesitaba urgentemente conseguir la tregua con los vencedores.
El 26 de agosto, ante la amenaza del avance del Ejército Rojo en Rumania, el Gobierno de Iván Bagriánov declaró la neutralidad. Ese mismo día, el Comité Central del Partido de los Trabajadores Búlgaros (comunistas – PTB (c)) emitió una directiva de tomar el poder por levantamiento armado. El 2 de septiembre fue formado un gobierno de oposición por la Unión Nacional Agraria Búlgara “Vrabcha 1” liderado por Konstantín Muravíev, que prosiguió las negociaciones de paz con todos y se declaró en pro de “reformas democráticas”.
A pesar de las negociaciones a alto nivel, la Unión Soviética declaró la guerra a Bulgaria. El 8 de septiembre el Ejército Rojo entró en el territorio nacional y ocupó varias ciudades.
Mientras tanto, el CC del PTB (c) y el Estado Mayor General del Ejército Rebelde de Liberación Nacional, compuesto por guerrilleros pro-soviéticos, pusieron en marcha un plan que consistía en levantar una insurrección para establecer control total sobre el país. En la noche del 8 al 9 de septiembre, habiendo comenzado la entrada de las tropas soviéticas en Bulgaria, oficiales del círculo político Zveno (en español Eslabón) se apoderaron de los puntos clave en Sofía: el Ministerio de Guerra e Interior, Correos, Telégrafos y la Radio. El Gobierno de Konstantín Muravíev fue derrocado y en su lugar llegó el del Frente de la Patria, una coalición antinazista y pro-soviética, presidido por Kimón Gueorguíev. A las 6:30 de la mañana la Radio Nacional emitió las palabras del nuevo Premier.
Evocan aquella mañana los recuerdos, conservados en el archivo sonoro de Radio Nacional de Bulgaria, del Dr. Pétar Dertlíev, socialdemócrata perseguido por el régimen comunista y destacado político de los primeros años de la transición a la democracia búlgara: “Temprano por la mañana escuchamos la voz de Kimón Gueorguíev. Era casi patética; una voz que despertaba todo menos respeto. Escuchamos la proclamación y de inmediato nos dirigimos al centro de la ciudad. Fuimos a la plaza. La gente empezaba a congregarse. Hay que ser honestos: el pueblo búlgaro sabe dar la bienvenida. Estaba desconsolado cuando murió el zar, estaba muy entusiasmado cuando llegaron los alemanes, lo estaba también en aquella ocasión. Siempre existe una parte de la población búlgara que se exalta en semejantes momentos”.
El 9 de septiembre de 1944 condujo a grandes cambios en la sociedad búlgara. El 10 de septiembre la Policía fue disuelta y fue fundada la Milicia Nacional compuesta principalmente por ex guerrilleros. Se desató una ola de violencia de grupos comunistas contra todos sus enemigos.
El 12 de septiembre de 1944 fue promulgado un decreto del Gobierno para el arresto de los ministros de los gabinetes que habían gobernado entre 1941 y 1944, de miembros del Parlamento y de militares. De esta manera fueron legitimadas las ya iniciadas detenciones masivas en todo el país. Durante los tres meses que siguieron fueron asesinados miles de intelectuales, funcionarios de la administración y personalidades de la élite económica.
“¿Por qué era necesaria esa exageración del triunfo de esta sublevación antifascista? Fíjense en el siguiente hecho: los maltratos y las matanzas comenzaron después del 12 de septiembre de 1944. La cólera popular no se desató inmediatamente. Se tenía que crear la impresión de que había sucedido un acto heroico de gran calibre, que aquí se habían librado batallas para poder justificar así el asesinato de tantas personas. Mataban no solo a los que realmente habían cometido crímenes sino a todos los oponentes en potencia. No solo los derechistas cayeron víctimas, sino también un gran número de socialdemócratas y militantes agrarios. Se recibió una orden, no sabría decir de dónde. Las desapariciones y ejecuciones en masa comenzaron después del 12 de septiembre”– dijo el Dr. Pétar Dertlíev en el año 1990.
El 28 de octubre de 1944 en Moscú fue firmado un armisticio con lo cual Bulgaria oficialmente pasó del lado de los Aliados, comprometiéndose a enviar sus tropas contra Alemania bajo mando soviético. Por cierto, desde el 9 de septiembre el Ejército Búlgaro ya estaba combatiendo contra los alemanes. Además, Bulgaria debía proporcionar combustible, alimentos y todo lo necesario a las tropas soviéticas. En la práctica, el armisticio legalizaba la ocupación del país por el ejército soviético. Está comprobado que la ocupación por el Ejército Rojo y los gastos de sustento de las tropas soviéticas en el período de 1944 a 1947 superaron la suma de 133 mil millones de levas.
Versión en español por Daniela Radíchkova
Fotos: Archivo
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