Después de que el gobierno búlgaro decidió instalar las vallas de alambre a lo largo de la frontera búlgaro-turca con el objetivo de limitar la entrada de inmigrantes ilegales, en Bulgaria se ha abierto el nicho para un negocio nuevo llamado “refugiados”. En realidad éste es conocido viejo negocio criminal con documentos falsos. Bulgaria es el camino más directo para huir de las regiones conflictivas, principalmente de Siria, Irak y Afganistán, hacia Europa. Con un pasaporte falso de ahí es mucho más fácil conseguir la meta final, sin razones legales e incluso con intenciones criminales.

Esta semana los servicios búlgaros han desmantelado un canal ilegal internacional de tráfico de extranjeros al exterior utilizando documentos de identidad falsos: pasaportes, tarjetas, carnés de conducir, e incluso dinero falso. Se utiliza el método de modificación de documentos en imprentas ilegales. Según datos preliminares el encargo provenía de Turquía y era por valor de más de 50 mil dólares. Durante la operación han sido encontradas 10 mil muestras para la elaboración de documentos extranjeros falsos. El intermediario es también propietario de una imprenta legal que ejercía parte de la actividad ilegal. De las máquinas de impresión han sido retiradas 1500 hojas con marcas al agua de alta calidad y sellos de otros países. Para la elaboración de 1000 pasaportes hacen falta 500 hojas. El grupo delictivo que ha sido desmantelado había estado involucrado en semejantes actividades en Bulgaria desde hace mucho tiempo. Esto señalan los hologramas utilizados para la elaboración de documentos de identidad búlgaros, sellos de agencias estatales, vales para alimentos, sellos y diplomas de varias universidades. Sin embargo el nuevo “negocio” de exportar a extranjeros al exterior es mucho más solicitado y rentable. En palabras del secretario general del Ministerio del Interior, Svetlozar Lazarov, ese negocio es también es un riesgo para la seguridad de Bulgaria y de la UE.

Últimamente los temores de Bruselas son provocados también por otra forma legal de obtener el derecho de residir en el territorio de Europa mediante la compra de ciudadanía europea. Ésta se basa en la decisión de Malta de vender a extranjeros el derecho a la ciudadanía a cambio de 650 mil euros. Según datos de EUobserver, más de 200 personas de 30 nacionalidades diferentes han postulado a documentos en el marco de ese mecanismo. De esas personas, la mayoría son rusos, chinos y procedentes del Oriente Próximo. Estos compradores de pasaportes malteses aportarán más de 200 millones de euros al erario de del ese pequeño país europeo, pero traerán consigo también todos los riesgos, provocados por ese “comercio”, para la seguridad de Europa. Para obtener uno de los pasaportes de la cuota de 1800 pasaportes nuevos, los candidatos deben residir en Malta al menos 12 meses. En otras palabras, los primeros nuevos malteses serán un hecho en primavera de 2015 y tendrán todos los derechos de ciudadanos de la UE. Ellos podrán adquirir documentos para sus hijos, cónyuges y padres, podrán trabajar y vivir en los 28 países de la UE, viajar sin visados a otros 69 países, incluso a EEUU. Sin embargo, la legislación europea no prohíbe la venta de ciudadanía.