Los actores suelen andar contagiados por el virus de la vanidad y el estrellato. Lo anterior no es válido para Ivaylo Zajariev, cuyo nombre se volvió popular unos años atrás por el papel que él desempeñaba del buen policía en el serial policiaco, Infiltrado. Para el joven hombre, empero, lo primordial es su familia, sus amigos, la fe en Dios y ya después se sitúa su profesión de actor. Reconoce que, con todo, ha sido un hombre de suerte porque considera su trabajo como una afición que le reporta ingresos. Para él la familia le proporciona el ambiente más cómodo y acogedor en el que se siente plenamente él mismo. Disfruta del respaldo total de su esposa Miriana Recientemente, los integrantes de su matrimonio aumentaron y ahora Ivailo es ya padre de dos hijos Filip y Damián. Dice él refiriéndose a las cosas que le gustaría enseñar a sus vástagos:
“Trataré de enseñarles, sobre todo, cómo podrán revelar sus talentos individuales y cómo tener libertad en la mentalidad para no verse limitados por el status quo público. Deseo enseñarles que se formulen siempre una de las cuestiones más importantes:¿por qué? Me sentiré satisfecho con poderles transmitir, asimismo, mi fe pero, primero deberán tener la libertad de escoger entre sí lo harán o no”.
El propio Ivaylo es de las personas de activa posición cívica. Ha sido uno de los rostros de las protestas contra el Gobierno de Plamen Oresharski. ”En una sociedad libre uno ha de poder manifestarse con libertad. Si alguien te quiere arrebatar la libertad deberás sublevarte”, dice Ivaylo. Refiere a continuación cómo ha llegado la fe a su vida:
“No ocurrió en un momento de crisis. Al contrario, estaba rodeado de amigos y había comenzado a dedicarme en forma más intensa al teatro. La fe llegó cuando comencé a hacerme preguntas. Un amigo mío me sugirió buscar las respuestas en la Biblia. Lo más interesante es que cuando obtenía las respuestas, éstas llegaban a colmar mi corazón y por esto el cristianismo se transformó en parte de mi ser. Autodefinirme como un cristiano consagrado es algo primordial en mis pensamientos”.
Respecto a la opinión generalizada de que la fe es para la gente débil, Ivaylo opina lo siguiente:
“La gente débil suele sucumbir a las tentaciones de sus debilidades. Con el cristianismo ocurre todo lo contrario: uno es capaz de sobreponerse a sus defectos y flaquezas, y ser el hombre que Dios ha querido que sea. Para que uno ame al prójimo, primero deberá amarse a sí mismo. Si uno anda hecho una ruina no hay manera de que ame a los demás. Jesucristo ha dicho: “Quita primero la viga de tu ojo, y, luego la paja del ojo ajeno”. Uno tiene que vencerse a sí mismo y esto no es tarea fácil”.
Ivaylo participa activamente en diferentes iniciativas que se proponen motivar a los jóvenes a que lean más. También ofrece asistencia a drogodependientes. Unos amigos suyos y él crearon la asociación “Salida” para apoyar a las personas que luchan por abandonar su adicción a las drogas y aspiran a tener una nueva vida. ”Lo hago porque creo que esto provocará un cambio positivo en la sociedad”, señala Ivaylo. En su trabajo como actor también se siente socialmente comprometido:
“Presentamos un espectáculo titulado “El Salvador”. Actuamos ante colegiales recreando una historia muy dura y penosa, la de una chica “enganchada al caballo”. Desempeño el papel de un chico que se empeña en ayudarle pero, en última instancia, debido a su repartidor de drogas, la joven se muere. Es realmente una historia triste que espero llegue a los corazones de nuestros espectadores y le enseñe que los estupefacientes son fatales. Al término de la función solemos mantener sobre el tema una discusión de una hora aproximadamente con los estudiantes”.
Con sólo 30 años de edad, Ivaylo ya ha tenido numerosos papeles en el cine y en el teatro. Ha optado por ser actor freelancer siguiendo el ejemplo de Atanás Atanásov, su profesor de la Academia Nacional de Arte Cinematográfico y Teatral.
Sobre su elección profesional dice:
“Ya de niño con una de mis primas actuábamos en cortas escenas ante nuestros abuelos. Imitábamos el comportamiento de mi abuela y mi abuelo, o bien, recreábamos a los protagonistas de algún cuento de hadas. En esas escenas yo siempre encontraba la forma para expresarme y manifestar cómo concibo el mundo. En el octavo grado ya cursaba estudios en una escuela en que se impartían clase para actores. La Academia fue un lógico paso adelante y tras concluir mis estudios en ella comencé a buscar mi realización en diferentes proyectos”.
La gente compara a Ivaylo con la estrella hollywoodiense Keanu Reeves. El actor búlgaro confiesa que se siente halagado por esta comparación. Dice, además, que la fama es algo normal para su profesión pero añade:
“Si a un actor no le conoce su público esto significa que hay algún problema. El problema es, ¿qué hará el actor con la fama? La fe me ayuda mucho a no vanagloriarme. Mis amigos también me mantienen con los pies bien puestos en la tierra. No suelo aprovechar la fama para lograr beneficios personales, más bien miro adelante para participar en nuevos proyectos creativos”.
Versión en español por Mijail Mijailov
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