El colapso del cuarto mayor banco de Bulgaria, el Comercial Corporativo, el aumento de la deuda externa y, no en último lugar la rebajada calificación de Bulgaria hasta BB+/B por la agencia de calificación crediticia Standard & Poor's, son el duro fardo con que cargará la economía búlgara durante 2015.

Según el economista Ilian Vasilev, el presupuesto 2015 es rehén del objetivo político de fortalecer el gobierno inestable pero a costa de las reformas. El sector más perjudicado es la banca que asegura la interconexión de los agentes en la economía. El Banco Comercial Corporativo fue declarado insolvente como resultado del recrudecimiento de las normas, lo cual llevó a la depreciación de su cartera. Sin embargo, los problemas en la banca búlgara persisten.

Por otro lado, después de la súbita crisis que afectó al sector bancario se puede esperar una consolidación o unificación, según la experiencia búlgara del pasado cercano.

“Debido a la política del Banco Nacional de Bulgaria, los bancos no son objeto de presión para que se consoliden y reaccionen así a las tendencias del mercado. Como resultado de ello, el sistema bancario parece haberse apartado de la economía. Vemos que aumenta el volumen de los depósitos y disminuye el de los créditos. Es una tendencia peligrosa porque el sistema bancario se encierra en el marco de su autoproducción y autosuficiencia. Es una lástima que ni el Gobierno, ni el Banco Nacional registren este problema”.

Se espera que el aislamiento del sector bancario en Bulgaria sea cambiado por la política liberal del Banco Central Europeo que a finales de 2014 redujo los intereses de los depósitos. El efecto de esta política se percibe cada vez más en Bulgaria. En 2015, también en Bulgaria, se espera que los tipos de interés continúen bajando, lo cual llevaría a una menor rentabilidad de los depósitos. Se espera una animación del segmento de crédito a empresas, así como del mercado inmobiliario.

Debido al inestable entorno empresarial que se manifiesta en las cambiantes y las contradictorias políticas y normas, y con el apoyo tambaleante del sistema bancario que se ha autoaislado, en 2015 las empresas búlgaras apostarán predominantemente en las exportaciones. Uno de los sectores que se espera que continúe generando un crecimiento de las exportaciones, sobre todo con destino a Alemania, es la industria que fabrica productos acabados o que participa en la cadena de producción. La externalización de servicios también registra un crecimiento.

Petar Ganev del Instituto de Investigaciones del Mercado señala:

“Por lo menos en un 50% de las regiones de Bulgaria hubo en 2014 una significativa animación del empleo y de las expectativas de inversiones en 2015. Esta es la base común hacia mediados de año y en el segundo semestre de 2014 en las regiones que registran crecimiento y tienen empresas competitivas. Hay muchas regiones, sobre todo al norte, donde no se nota recuperación y en esa zona las expectativas empresariales son más negativas”.

Sin embargo, los capitales extranjeros que entran en la economía búlgara experimentan una disminución debido al estándar doble aplicado por los políticos búlgaros hacia las inversiones extranjeras, que evidentemente persistirá también en 2015. Por un lado, el poder está convencido de que los capitales extranjeros animan la economía. Por otra parte, se difunde la percepción populista de que los inversores extranjeros exportan la riqueza nacional. Según Ilian Vasilev, de esta manera se alimenta una suerte de “capitalismo del Estado” en que varios negocios dependen de los contratos públicos que, junto con los fondos europeos, son consideradas inversiones correctas. Semejante postura encierra esquemas corruptivos y asusta a los inversores búlgaros y extranjeros.

“Los empresarios allegados al Gobierno ejercen fuerte presión sobre el poder. Conscientes de su impotencia y su falta de perspectiva, estas empresas frenan la liberalización del mercado e impiden rescatar al Estado de la dependencia corruptiva. Esta gente es exclusivamente peligrosa y se apropia indebidamente de enormes riquezas y del valor añadido de nuestro desarrollo, lo cual no nos permite despegar del fondo”.

De momento no hay indicios de que en 2015 pueda ser elevado el rating crediticio de Bulgaria, lo cual es un gran problema, según los analistas. A pesar de ello, es posible que se realicen inversiones estratégicas largamente preparadas por compañías extranjeras.

Versión en español por Vesela Petrova