La aplicación de transporte público Uber, que permite el contacto entre conductores y pasajeros que pretenden un servicio más barato, ya está presente en Bulgaria. Ofrece la categoría de servicio más baja, UberX, de momento solo en Sofía.

“Iniciamos nuestro trabajo en Bulgaria el 9 de diciembre de 2014”, explica Paul Fouget, portavoz de la compañía.“Tenemos poco más de un mes de presencia en este mercado. Cualquiera podría descargar nuestra aplicación gratuita de Internet, que permite a la gente reducir los gastos de mantenimiento de su automóvil al transportar a pasajeros”.

Y agrega que el conductor y el viajero comparten el viaje y los gastos que implica tras ponerse en contacto vía Internet. La aplicación permite también pagar el coste del servicio de transporte en línea con tarjeta de crédito o de débito. En este sentido lo de “compartir” es más bien un truco de mercadotecnia: el conductor y dueño del vehículo es, de hecho, proveedor del servicio, mientras que el pasajero es el cliente que paga por dicho servicio. La aplicación móvil Uber permite que el cliente informe sobre la calidad del servicio recibido, obtenga por anticipado un precio aproximado del viaje que realizará y lo comparta con amigos para una mayor seguridad personal y para ahorrarse la trampa clásica de los chóferes de taxi, al menos en Bulgaria, del “no tengo sencillo para darle el cambio”.

Hay sin embargo un detalle y es que en Bulgaria el transporte de taxi es regulado por la Agencia de Administración Automovilística y las autoridades municipales. Desde el citado organismo informan que la empresa Uber no se ha registrado ante la agencia. Paul Fouget ha comentado que la compañía que él representa exige a los conductores todos los documentos requeridos por ley, pero que no legalizará su actividad como transportista, ya que de hecho se dedica al software.

“No somos una compañía de transporte sino una empresa que se dedica al soporte lógico. Contratamos a centenares de informáticos por el mundo y nos proponemos hacerlo también en Bulgaria. Tenemos grandes planes para este país”.

Comentó, asimismo, los objetivos de su compañía en los siguientes términos: “Procuramos introducir innovaciones en el marco legislativo de cada ciudad en que tenemos presencia. Confiamos que el futuro del transporte estriba en que cada vez menos personas utilicen vehículos propios y crezca el número de quienes comparten el transporte automovilístico. Trabajamos con socios independientes que podrían aprovechar nuestro soporte lógico como pasajeros y como conductores”.

De esta manera Uber se autoexime de la responsabilidad de registrar los servicios de transporte traspasándola a los conductores que, en caso de ser detectados por la Policía de Tráfico o por la Agencia de Administración Automovilística, podrían ser sancionados con suculentas multas y retiro del permiso de circulación del vehículo por seis meses. El servicio de transporte prestado ilegalmente no garantiza la defensa del pasajero en caso de accidente de tráfico. La compañía, sin embargo, se beneficia de los pagos hechos por los clientes por los servicios de transporte. Tampoco está claro cómo podría la Agencia Tributaria contabilizar los ingresos de Uber y de los conductores en Bulgaria, ya que lo más probable es que entre ambos no existan relaciones jurídico-laborales oficialmente registradas.

La plataforma para transporte de pasajeros Uber arrancó en EE UU hace unos 5 o 6 años. A fecha de hoy ofrece servicios en muchos puntos del planeta. En algunos países como, por ejemplo, la India, ha registrado su actividad, mientras que en otros no. En la mayoría de países de Europa no se ha registrado como transportista y paga solo parte de los impuestos que le corresponden, lo cual le permite ofrecer precios más bajos. A fecha de hoy sus servicios han sido prohibidos por resolución judicial en varios países comunitarios como, por ejemplo, España, Francia, Alemania. En la India y EE UU ha habido casos sonados de agresión sexual de conductores contra las mujeres que transportaban.

Ahora resulta que Uber intenta establecerse en el mercado búlgaro no obstante las restricciones legales, aprovechándose de algunas brechas en los preceptos de la normativa nacional aplicable a este tipo de servicios. ¿Acaso Uber pretende actuar como un inesperado aliado de la economía gris? Con el tiempo lo conoceremos. De momento, los precios que ofrece no difieren significativamente de los de las compañías de taxi legales, y la demanda de este tipo de servicios en el mercado está muy contraída.

Versión en español por Raina Petkova