La intensificación de la migración hacia Europa a través del Mediterráneo y los accidentes trágicos cada vez más frecuentes relacionados con la misma empujan a la UE a decisiones de emergencia. Un terrible naufragio que costó la vida de cientos de inmigrantes ilegales el pasado fin de semana provocó la convocación, 24 horas más tarde, de una reunión de urgencia del Consejo de Asuntos Exterioresen Luxemburgo, en que participaron 41 ministros, tanto de Exteriores como del Interior. En el foro,la CE presentó un plan para hacer frente a la presión migratoria por mar. La delegación búlgara apoyó en principio el plan con la condición de no olvidar la afluencia de migrantes también por tierra.

En Luxemburgo, la ministra búlgara del Interior, Rumyana Bachvárova, insistió en que, junto con los problemas en las fronteras marítimas, la UE debe continuar con los esfuerzos contra la fuerte presión migratoria por tierra, incluidas las fronteras de Bulgaria, exteriores de la Unión. Por su parte, el primer diplomático búlgaro, Daniel Mítov, insistió en la entrada en vigor más rápida del acuerdo de readmisión con Turquía, en la adopción de un protocolo para la vigilancia conjunta de la frontera entre Bulgaria y Turquía, y Bulgaria, Turquía y Grecia, y en la asignación de más fondos europeos para hacer frente a la presión migratoria. Después de la reunión del Consejo de Asuntos Exteriores, el primer ministro, Boyko Borísov, agravó el tono y declaró abiertamente que no estaba satisfecho con la interacción con los países vecinos de Bulgaria a la hora de hacer frente a los problemas de seguridad en la frontera. Según el Premier, la UE no debe centrarse sólo en las fronteras marítimas, ya que “si éstas son fortificadas con más dinero, toda la presión migratoria vendrá por las de tierra”. Se entiende que la parte búlgara está a favor de un enfoque equilibrado del problema.

Las posturas adoptadas por Sofía en Luxemburgo no son nuevas ni sorprendentes; más bien son un recordatorio de que las reclamaciones búlgaras para más apoyo y solidaridad para dar frente a la presión migratoria no han sido respetadas, enun grado u otro. Hace aproximadamente un mes, en una reunión ordinaria del Consejo de Asuntos Exteriores en Bruselas, el ministro de Exteriores, Daniel Mítov, destacó la necesidad de asistencia financiera a Bulgaria no sólo debido a la intensificada presión migratoria por tierra, sino también a los refugiados que el país ya ha recibido. Entre las reuniones ordinaria y extraordinaria del Consejo, fueron anunciados datos oficiales que muestran que para el país más pobre de la UE, Bulgaria, el apoyo europeo previsto para el mantenimiento de los inmigrantes ya recibidos es sorprendentementepequeño. Por ejemplo, a Estonia, que es bastante menos afectada por el problema, se le asignan fondos que superan 53 veces los de Bulgaria.

Las reclamaciones de Bulgaria por más apoyo y solidaridad no son una excepción, sino que están planteadas por todos los países más afectados en las fronteras del sur y del sudeste, exteriores de la UE. Las preocupaciones de presión migratoria por mar están totalmente justificadas. En 2014, unos 220 mil refugiados e inmigrantes ilegales han intentado cruzar el Mediterráneo; al menos 3500 de ellos perdieron la vida. Datos de la FRONTEX, la agencia de fronteras de la UE, señalan que para los dos primeros meses de 2015 su número es un tercio más alto que el del mismo período del año pasado. Las preocupaciones de Sofía, empero, también son fundamentadas. La Agencia Búlgara para los Refugiados informó que, en comparación con el mismo período de 2014, el número de inmigrantes ilegales que intentan entrar al territorio nacional por tierra, aumentó en el primer trimestre de 2015 en un 60%, y esto antes de que haya comenzado la presión migratoria de primavera. Europa se enfronta a una presión migratoria hacia sus fronteras sin precedentes y este problema se puede resolver, obviamente, sólo con esfuerzos y medios conjuntos equilibrados. Precisamente en la búsqueda de una solución de este tipo fue convocado el Consejo extraordinario de Asuntos Exteriores.