No hace mucho quedó claro que la compañía checa Energo-Pro, que suministra la electricidad en el noreste de Bulgaria, ha presentado una demanda en el Centro Internacional de Arreglo de Diferencias Relativas a Inversiones contra Bulgaria por valor de 54 millones de euros, a causa de un déficit originado por la definición de los precios de la electricidad para el mercado regulado en el periodo de 2013 a 2014. La compañía austriaca EBN también ha demandado al Estado a causa de inversiones suyas que no han sido protegidas y tiene pretensiones relacionadas con los precios de la electricidad para los consumidores y las obligaciones de la Compañía Nacional de Electricidad cuando se trata de la compra obligatoria de la energía de fuentes renovables. Las pretensiones de sociedades energéticas extranjeras agravan la situación compleja de por sí en el sector nacional de energía.
A partir del 1 de julio, la electricidad se encarecerá en un promedio del 2 % para los consumidores de a pie. No es mucho sobre el telón de fondo de las tarifas en el resto de Europa. Pero si se toma en consideración la parte de la energía en los gastos totales de los búlgaros se verá que este aumento es considerable, ya que según las estadísticas oficiales los rumanos y los búlgaros pagan unos de los más altos precios de energía eléctrica en la UE respecto a la capacidad adquisitiva de la población. Al mismo tiempo, el holding energético estatal, propietario mayoritario de la Compañía Nacional de Electricidad, no deja de acumular deudas que se espera que alcancen la suma astronómica de casi mil millones de euros hasta finales del año.
Tiene la aportación más significativa al desplome financiero en el caso concreto el acuerdo con dos de las más importantes centrales eléctricas en el país, las norteamericanas Kontur Global y AES, con las cuales el Estado búlgaro firmó un acuerdo no hace mucho. Éste prevé que hasta finales del mes les sean devueltas deudas por valor de 370 millones de euros a cambio de lo cual ellos deben disminuir, según las evaluaciones del Ministro de Energía, en un 30 % la tasa que les paga el Estado por las potencias instaladas.
No importa si estas potencias han producido o suministrado algún tipo de electricidad o no han trabajado por una u otra razón, la Compañía Nacional de Electricidad les paga por lo que tienen en teoría y por lo que pueden pagar. A primera vista y, según las autoridades oficiales, esta transacción parece favorable y a juicio de la ministra de Energía, Temenuzhka Petrova, rebajaría considerablemente los precios finales de la energía. En estos momentos en el país se observa un considerable descenso del consumo interno y de las exportaciones de electricidad y algunas centrales eléctricas ya desconectaron algunas de sus potencias. Muchos parques eólicos y solares también interrumpieron su trabajo.
Con este exceso de energía, la suma que la Compañía Nacional de Electricidad ofrecería gratuitamente a las centrales termoeléctricas norteamericanas crecería significativamente. Se supone que el acuerdo disminuirá estos gastos pero, para que entre en vigor, hay que encontrar 370 millones de euros hasta finales del mes. La BEH y la Compañía Nacional de Electricidad no disponen de este dinero. Tienen solo viejos créditos y deudas que no dejan de crecer. A pesar de los llamamientos de renombrados expertos en energía de anular estos contratos, el holding estatal dirigió una petición al Ministerio de Finanzas de que se le concedan garantías estatales para este préstamo. Ya que sin estas garantías ningún banco que hizo el respectivo análisis del estado financiero de la compañía no le concederá ni un centavo o le impondrá intereses enormes.
No está muy claro si el Gobierno dará las garantías que se le reclaman, ya que existen restricciones legales del techo de la deuda pública y las garantías estatales son una deuda de este tipo. En la práctica existe el peligro de que se supere el techo de la deuda pública permitido por el Gobierno. Esto no puede suceder de manera rápida y fácil y los cortos plazos presionan al Holding Energético Búlgaro.
En varias ocasiones, los expertos energéticos y los analistas económicos han advertido que la situación en el ámbito de la energía se va complicando de día en día y que hacen falta unas reformas urgentes y radicales. Ya que no es posible que estas reformas no sean graves para los consumidores, precisamente en el año de las elecciones municipales, no se puede esperar que las autoridades se atrevan a emprender esta operación que encierra altos riesgos. Si utilizamos las declaraciones del primer ministro, Boiko Borisov, ante el FMI y el Banco Mundial, “hasta el momento hemos concentrado nuestros esfuerzos en los problemas impostergables pero ya vemos una perspectiva más lejana”.
Versión en español por Hristina Taseva
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