A principios de junio, la Orquesta Filarmónica de Sofía presentó a una intérprete que lleva dos décadas viviendo fuera de Bulgaria, pero que no ha perdido sus vínculos con su patria. La violoncelista Diliana Momchilova compartió ante nosotros las emociones que provocó en ella el concierto:

“Para mí siempre es un placer trabajar con la Orquesta Filarmónica de Sofía y con Martin Panteleev. Es la segunda vez que colaboramos. Asimismo, recibí una invitación del profesor Anatoli Krastev a realizar una clase magistral en la Academia Nacional de Música “Pancho Vladigerov”. La clase duró tres días. Me alegró ver a tantos talentos búlgaros que desarrollan maravillosamente sus dotes artísticos en nuestro país. Todos estaban tan entusiasmados de que las sesiones empezaban por la mañana temprano y terminaban por la tarde.”

Diliana Momchilova se graduó de la Academia de Música de Bulgaria y después defendió su tesina de fin de máster en el famoso y prestigioso instituto Juilliard School. Tradicionalmente allí se celebra el llamado concurso de concierto. “Si lo ganas, de repente te conviertes en alguien importante y reconocido en Juilliard School - explica Diliana Momchilova -. Además de ser solista de la orquesta del instituto, el ganador tiene el derecho a elegir un instrumento de su valiosa colección. Al recordar el concurso, la intérprete se remonta al 1998:

“Justo cuando yo gané había llegado un violoncelo de la marca Stradivarius. Mi profesor Harvey Shapiro me aconsejó pedirlo. Me acuerdo que no podía llevarlo a casa porque era carísimo. No es fácil acostumbrarse a tocar un instrumento Stradivarius porque poseen un carácter muy peculiar. He constatado algo sumamente interesante: cuanto más lejos está uno en la sala del escenario, mejor se oye el sonido del violoncelo. Tuve la oportunidad, durante muchos años, de tocar otro gran instrumento italiano, Tononi. A él lo quería más porque me permitía sacar el sonido que me gustara. Su sonido en la sala también era muy fuerte y eso es algo muy importante porque el violoncelo no es tan penetrante como el del violín, por ejemplo.”

Diliana Momchilova ha salido muchas veces a los escenarios de Europa, Canadá y Estados Unidos como solista y intérprete de música de cámara. Su último concierto en Norteamérica, en concreto en el estado de Virginia, ha sido esta primavera junto con la conocida pianista búlgara, Pavlina Dokovska.

“Cuando un profesor te enseñó lo mejor que pudo, en un momento dado, empiezas a sentir sus criterios estéticos como si fueran tuyos propios,  lo esencial que aprendí de todos mis pedagogos, entre ellos Anatoli Krastev, es la presencia dominante del músico.”

Para Diliana Momchilova la presencia dominante es un concepto mucho más amplio de lo que parece a primera vista:

“No estoy de acuerdo con que cada músico sea clasificado como solista o intérprete de música de cámara, o de pedagogo. Todos estos aspectos se pueden unir y formar al músico completo. Mis primeras experiencias fueron como solista e intérprete de música de cámara. Durante la carrera me incorporé al trío “Alaria”. Durante muchos años fuimos conjunto de plantilla de Mannes College, una de las tres escuelas de música más prestigiosas de Nueva York. Allí impartí clases de música de cámara y violoncelo. Luego, gané una plaza en la Orquesta Sinfónica de Seatle. Trabajé varios años allí y después fui a dar clases a Vancouver Academy of Music. Ahora estoy en Quebec y toco en la orquesta de la misma ciudad. Es una excelente oportunidad de aprender francés. Mi intención, después de mejorar mis conocimientos del idioma, es dedicarme a dar clases allí.”

Versión en español por Svetoslava Slavcheva