En Bulgaria el Día Mundial del Refugiado fue conmemorado el sábado como Dios manda con mesas redondas, reuniones, información de nuevos medios financieros y afirmaciones tranquilizantes de que se trabaja sobre el problema con la ola migratoria que va en aumento, de que la situación es difícil pero la superaremos y que nos solidarizamos con Grecia e Italia. 

La vicepresidenta, Margarita Popota, auspició una conferencia sobre el tema Cooperación para la Integración de los Refugiados en Bulgaria. La vicepresidenta señaló que “las personas que han recibido asilo en Europa deben tener la posibilidad de vivir una vida digna, así como la motivación de respetar las obligaciones y los derechos en pie de igualdad con el resto de los ciudadanos europeos”. El viernes Nikola Kazakov, presidente de la Agencia para los Refugiados, informó con entusiasmo que las instituciones europeas asignan a Sofía nada menos que 4 millones de euros para la manutención de los refugiados. 

En la reunión de los ministros del Interior, en Luxemburgo, la ministra búlgara, Rumiana Bachvarova, pronunció el esperado “sí” anunciando que Sofía acepta el sistema de cuotas anunciado por Bruselas para repartir en los países de la UE 40 mil inmigrantes que se encuentran en Grecia e Italia, lo cual significa que Bulgaria recibirá a 572 personas de ellos, 343 de Italia y 229 de Grecia. “Nuestra evaluación es que debemos mostrarnos solidarios y siempre hemos respetado esta postura, ya que mañana es posible que nosotros necesitaremos de solidaridad”, dijo Bachvarova.

Algunos políticos no tardaron en replicar que no mañana, sino hoy mismo Bulgaria, siendo frontera externa de la UE, debe reclamar solidaridad después de que solo en los primeros cinco meses de este año ha recibido a 6 mil refugiados, sobre todo sirios provenientes de Turquía y la capacidad para alojamiento ya ha sido agotada. 

En la postura de Sofía presentada en Luxemburgo se dice que Bulgaria insiste en que se tome en consideración lo plasmado en la propuesta de la CE. Según ésta, la situación geográfica y los conflictos que continúan en la región hacen Italia y Grecia más vulnerables que otros países comunitarios. Este hecho debe ser válido también para Bulgaria.

¿Qué es lo que vemos? Francia cerró su frontera con Italia a causa de los refugiados, Hungría construye vallas en su frontera con Serbia, en varias capitales europeas se organizan multitudinarias protestas contra la recepción de refugiados. A las formaciones nacionalistas extremas esta situación les viene a pedir de boca.

Cabe preguntarnos por qué la CE no presentó paralelamente con las cuotas de repartición de inmigrantes un detallado plan contra los canales de transporte de refugiados que se ha convertido en un negocio rentable por valor de millones de euros y dólares. ¿Por qué no presentó un plan de interacción concreto con las autoridades en los países que generan inmigración con el fin de erradicar el fenómeno? 

No nos gustaría prestar atención a las afirmaciones de algunos observadores de que el flujo migratorio desde Siria a través de Turquía hacia la frontera búlgara consta de mercenarios del Estado Islámico cuyo objetivo es infiltrarse en las sociedades europeas y esperar una señal para activarse. Ojalá se trate de habladurías de nacionalistas.

De todos modos a las autoridades búlgaras les espera un verano caluroso. Nadie puede pronosticar cuántos más inmigrantes se acercarán a las fronteras búlgaras o las atravesarán ilegalmente en los próximos meses. Además, hay que añadir el peso de la cuota de Italia y Grecia. Es seguro que la tensión y la actitud negativa de la sociedad búlgara seguirán creciendo paralelamente a la frecuencia de los crímenes cometidos por los inmigrantes instalados en Bulgaria. No es secreto que la mayoría de los refugiados tienen por objetivo alcanzar las ricas sociedades de Europa Occidental y no quedarse en el país más pobre de la UE. Las autoridades búlgaras deberán ocuparse también de la repartición a Bulgaria de refugiados de Alemania o Francia, por ejemplo.

¿De qué solidaridad podemos hablar?

Versión en español por Hristina Taseva