A simple vista,  los educandos de la Escuela Nacional de Artes Folclóricas “Filip Kutev”, ANAF, de la serrana ciudad búlgara de Kotel no difieren ni un ápice de sus coetáneos: llevan teléfonos inteligentes, lucen peinados modernos, son bulliciosos, alegres y muy animados en sus discusiones. Sin embargo, a diferencia de los otros jóvenes de su edad, han optado por dedicarse al folclore nacional. Para ellos el folclore es un sueño hecho realidad, su futuro, su profesión, su  futura actuación en escenarios nacionales y  mundiales.

Le hemos preguntado a la estudiante de décimo primer grado Kalina Kostadinova:¿cuál es su  región folclórica predilecta? “Me gustan todas las regiones folclóricas pues son, todas y cada una de ellas, una expresión genuina del folclore nacional. Por cierto, cada una tiene sus particularidades. Mi región predilecta es la del Monte Ródope. Soy natural del pueblo de Tsarevo, en la zona suroriental del monte Strandzha. Canto desde chiquilla. Cuando estaba en séptimo grado de la secundaria me di cuenta que quería dedicarme a la música. Me estuve preparando durante dos años y luego me presenté a los exámenes de ingreso en la escuela de Kotel. A quienes deseen dedicarse a la música tradicional les diré que interpreten los temas folclóricos con amor y que lo den todo de sí para recrear estos temas musicales en la forma  más hermosa y colorida posible”.

¿Cómo se compone una canción de autor sobre una base  folclórica? Se lo hemos preguntado a Dimitar Ivanov,  estudiante de  décimo primer grado: “Con mucho trabajo por mi parte. Me puse a componer una canción el año pasado. Me ayudó en este empeñó mi profesora de canto. Soy natural del pueblo de Asparujovo, de la provincia de Burgas. Mi abuelo también interpreta canciones folclóricas. Gracias a él me sentí atraído y me encariñé del folclore búlgaro. Mi hermana también ha cursado y concluido sus estudios en esta escuela. En mi familia casi todos somos músicos.”

Versión en español por Mijail Mijailov