La aventura llamada ciencia no tiene principio ni fin. Posiblemente así habría estado pensando el propio Pitágoras presentado en las leyendas como semi dios y milagrero iniciado en todos los arcanos. Centenares de científicos jóvenes de Bulgaria siguen obedeciendo a su curiosidad infantil congénita que los mueve a ir buscando respuestas a problemas intrincados.
“Mis investigaciones se insertan en el terreno de las nanotecnologías biomédicas. Dicho muy generalmente, nosotros preparamos nanopartículas para su aplicación en terapias y diagnósticos en la medicina. Las nanopartículas son unas partículas ínfimas, cien veces más pequeñas que un glóbulo rojo. Sirven de transmisores y vehículos por los que circulan los medicamentos. Nuestros estudios apuntan básicamente a la transferencia de medicamentos anticancerígenos a las células oncológicas. Estas partículas al incorporarse al sistema sanguíneo pueden llegar a las células cancerosas gracias al hecho de que los vasos sanguíneos en las formaciones cancerosas tienen orificios en sus paredes por los que los nanopolvos pueden penetrar hasta las células cancerígenas. En realidad en esto se traduce la idea esencial que forma el fundamento de la esfera científica llamada nanomedicina”.
Dicho resumidamente, el doctor Yordanov demuestra que los fármacos por medio de los nanocristales pueden llegar rápidamente al área enferma del organismo humano, sin acumularse en las otras partes del cuerpo. De esta manera se suprimen en forma efectiva los efectos colaterales de los fármacos ya que tales efectos se producen por la acumulación de medicamentos en tejidos y órganos sanos.
El equipo del doctor Yordanov utiliza un material en base al cual se obtiene pegamento quirúrgico el cual es biocompatible y biodegradable. Ahora bien, de este pegamento se obtienen las nanopartículas. Así con este material, una vez en el organismo, las nanopartículas hacen su faena tras lo cual se produce su biodegradación. Bulgaria es uno de los pocos países del mundo en que se produce este tipo de pegamento quirúrgico. Le hemos preguntado a nuestro interlocutor si para él ha sido signo de buen augurio el haber obtenido la estatuilla “Pitágoras” a la edad de Jesucristo. Nos dice el doctor:
“Sí, es un buen signo y así lo concibo. Cada ser humano tiene sus expectativas y sueños. Sueño con concluir lo que he comenzado en Bulgaria pero esto es bastante difícil porque en Bulgaria los proyectos científicos se quedan interrumpidos a medias. Por ejemplo, teníamos un proyecto en el marco del Fondo de “Investigaciones científicas” que había obtenido una óptima valoración pero su materialización no prosperó por falta de recursos. A pesar de estas dificultades nos empeñamos en llevar las cosas a un término feliz. A quienes hayan optado por emprender el camino de la ciencia les deseo éxito y valor y que no pierdan jamás su curiosidad, cualidad que forma el fundamento de la ciencia. Así que, según solemos decir los químicos, seguimos buscando la Piedra Filosofal”, señaló en conclusión el doctor Gueorgui Yordanov.
Versión en español por Mijail Mijailov
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