“Queridos novios, Vds. están traspasando el umbral de esta sala para manifestar ante todos nosotros su voluntad y deseo de formar un matrimonio. Según el Código de Familia de la República de Bulgaria los principios en que se basa el matrimonio son :igualdad del hombre y de la mujer, voluntariedad y perdurabilidad del enlace nupcial, protección especial de los hijos”.
Estas palabras solemnes en los primeros seis meses de 2015 las escucharon sólo en Sofía 2285 parejas, cifra superior en 161 a la registrada en el mismo período de 2014. Tales son los datos oficiales de la Casa de Enlaces Nupciales de Sofía.
¿Qué puesto ocupa Bulgaria en la estadística? Según el análisis de la Eurostat sobre los matrimonios contraídos y los divorcios en la UE, Bulgaria está en el fondo de la tabla por el número de enlaces nupciales junto con Eslovenia, Portugal, Luxemburgo e Italia, con 3 matrimonios por cada mil personas. De las parejas que contraen matrimonio en Bulgaria se divorcian casi la mitad. Según datos oficiales, viven en coexistencia un 8 % de los búlgaros, pero extraoficialmente su número es muy superior, ya que, según el estudio, un 59 % de los bebés nacidos en 2014 en el país son hijos extramatrimoniales.
El 1 de octubre de 2009 comenzó a regir el nuevo Código de Familia que, sin embargo, no regula “la coexistencia de hecho”, mientras que la Constitución sólo ofrece amparo a los hijos. Dicho en otros términos, los hijos nacidos de un matrimonio legal tienen derechos iguales a los de los nacidos en coexistencia de sus padres.
¿Qué es lo que mueve a los búlgaros jóvenes a decantarse por la coexistencia dando la espalda al matrimonio legal?
“Las razones son varias - dice Sasha Gabrovska, directora de la Casa de Enlaces Nupciales de Sofía -. Una de ellas es que, lamentablemente, los jóvenes han emigrado del país. Otra, que es muy importante, que la legislación búlgara, consciente o inconscientemente, tolera tal tipo de cohabitación. Creo que los novios, antes de contraer matrimonio deben vivir conjuntamente para ver cómo ocurren las cosas en una coexistencia. Sin embargo, en el momento en que decidan que deberán procrear, que deberán tener hijos estimo que deberán contraer un matrimonio legal. Esto sería lo correcto”.
Veamos ahora lo que estipula la ley y por qué a algunas parejas en Bulgaria les conviene más no legalizar su coexistencia. Por ley el padre de un hijo debe reconocerlo ante notario para otorgarle a su vástago un nombre y apellido. De no hacerlo la madre tendrá derecho a percibir prestaciones sociales y de otro tipo, se facilitará la matriculación del hijo en una guardería infantil, la madre “soltera” podrá ser candidata a acceder a una vivienda municipal. En eventual separación de los progenitores, los bienes no se reparten y así se evitan demandas judiciales y de otro tipo. Si los hijos son reconocidos por el padre obtienen derechos iguales a los de los hijos nacidos en un matrimonio y heredan a sus dos padres.
Ahora las desventajas. La coexistencia, de hecho, regula el estatuto de los hijos nacidos de tal convivencia, pero no las relaciones con los bienes que tiene la pareja. Es que la mujer en una tal relación no tiene ningún derecho sobre los bienes adquiridos en mancomún, no hereda nada, ni tiene derecho a pretender herencia. Al separarse, los padres han de entenderse entre sí sobre quién se encargaría de la crianza del hijo, y el padre no está obligado a dar alimentos. Una pareja que viva en coexistencia no tendrá la posibilidad de solicitar un crédito conjunto, ni tampoco podrá recibir información sobre el tratamiento hospitalario de su pareja. Hay también dificultades ante el viaje al extranjero del hijo acompañado sólo por uno de los padres. Se exige para tales viajes un documento que acredite la aprobación del otro integrante de la pareja para el viaje.
Eleonora y su esposa llevan de casados un poco más de 1 año. ¿Por qué se han decidido a dar este paso importante y convertirse en esposa y marido legales?
“Me crié en una familia en la cual las tradiciones eran algo muy importante, y el matrimonio, algo sagrado. Para mi un matrimonio deben integrarlo dos personas que se quieren - nos dijo Eleonora -. Tal y como los dos novios conviven bajo un techo, deberán en un momento unirse igualmente en un matrimonio”.
Un representante del otro grupo, el de quienes conviven sin contraer matrimonio – Simeón, tiene 40 años de edad y no ha contraído matrimonio con la madre de su hijo. ¿Por qué?
“La firma de un documento no nos podrá retener juntos. No creo en absoluto que una pareja sin enlace nupcial oficial sea incompleta o deficiente. Una firma no es decisiva para la duración de una relación. Si me siento bien conviviendo con una persona, si nos queremos los dos, la firma no importa casi nada. Mi responsabilidad ante mi pareja es igualmente grande que la que hubiera tenido si hubiera contraído un matrimonio civil. Me desvelo incluso más que los hombres casados para retener a mi lado a la mujer que quiero”.
Versión en español por Mijail Mijailov
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