Ayer el Consejo de la UE de Justicia e Interior logró “por una importante mayoría” un acuerdo para el reparto en dos fases de 120 mil  emigrantes superando el boicoteo de las cuotas propuestas por Bruselas por parte de varios países del este de Europa. Después de acalorados debates y discrepancias cuatro países votaron en contra. Se trata de la República Checa, Eslovaquia, Rumanía y Hungría. Finlandia se abstuvo. Con el acuerdo logrado el Consejo Europeo de hoy no se verá dificultado por el debate sobre el plan y los líderes de los países de la UE debatirán medidas para afrontar la crisis de refugiados. A Bulgaria se le obliga a acoger inmediatamente a 852 refugiados que vendrán de Grecia e Italia. De este modo el número total de los emigrantes recibidos por Bulgaria de julio hasta el momento alcanzará 1352.

Este compromiso debe ser obligatorio para los países porque en el caso contrario su aplicación pierde sentido. Al mismo tiempo sabemos que se trata de una solución temporal y hace falta buscar enfoques y decisiones basadas en principios para poner fin a esta crisis, manifestó la vice primera ministra, Rumiana Bachvarova, que no tiene objeciones en lo que a la cuta búlgara se refiere.

A juicio de Liubomir Kiuchukov, director del Instituto de Economía y Relaciones Internacionales, las medidas que toma Europa son urgentes y demoradas. 

Las operaciones en el Mediterráneo, las decomiso de los buques de los traficantes, las cuotas, incluso la construcción de vallas y la movilización del ejército, todas estas medidas parecen lógicas a primera vista pero no resuelven el problema. Hay dos problemas principales. Las guerras en el Oriente Próximo, en Siria e Iraq, desde donde proviene el mayor número de refugiados y la globalización de la desigualdad. La penuria en África ya es un problema también de Europa ya que genera emigrantes políticos. Desde este punto de vista diría que el interés de Bulgaria es la búsqueda de una solución europea y solidaria. Nuestro país, en su calidad de frontera externa de la UE, debe buscar esta solución en cualquier circunstancia, no obstante las cuotas. Solo en Turquía hay 2 millones de emigrantes sirios. Ellos pueden cambiar el itinerario y Bulgaria puede verse en la situación de Grecia, Hungría o Italia. Este es uno de los elementos clave pero lo más importante es que Europa debe centrar su atención en eliminar las premisas por ello. A mi juicio, esto significa aplicar el máximo compromiso europeo, trabajar por el cese de la guerra en Siria, lo cual puede ser logrado solamente con una decisión política y no mediante acciones militares. Después Europa, junto con todos los factores internacionales, Rusia y China incluidos, entre otros, basándose en las instituciones internacionales y en el derecho internacional, con una resolución del Consejo de Seguridad de la ONU, debe buscar una solución del problema con el Estado Islámico. A diferencia del resto de conflictos y guerras en que a fin de cuentas se llega a una solución política, en el caso del Estado Islámico la solución política es imposible.

En nuestra región hemos sobrevivido muchas crisis de refugiados pero ahora somos testigos de un fuerte flujo de personas que se han encaminado con un claro objetivo a países en que se vive bien, comenta la situación el catedrático Dinko Dinev, de la cátedra de Relaciones Internacionales de la Universidad de Economía Nacional y Mundial, de Sofía. Precisamente en estos momentos en Europa se ha han desencadenado egoísmos nacionales de nuevas dimensiones que superan varias veces los llamados nacionalismos balcánicos. La UE trata de repartir al flujo de refugiados de un modo centralizado pero no logró diseñar una política exterior de seguridad y defensa a causa de estos egoismos nacionales. En estos momentos el Viejo Continente está abocado a muchas incógnitas. Esto es muy peligroso para los pueblos y los estados, y para nuestra región en particular. Los Balcanes siguen siendo divididos, no todos los países son miembros de la UE. Además, está en tela de juicio uno de los grandes logros de la UE, el Espacio Schengen. Creo que las personas que deben tomar decisiones políticas adecuadas no están capaces de hacerlo. En medio de estas discrepancias, dados los egoísmos nacionales, es cada vez más difícil actuar unidos en un momento cuando esto es tan necesario.