En el año en que celebra su centenario el nuevo cine búlgaro de ficción ha tenido una digna presentación en el festival “La Rosa de Oro”. Fueron trece los largometrajes nuevos exhibidos en este foro. ¿Cuáles son las tendencias que  se vislumbran en  esta selección? Le solicitamos la respuesta a la crítico de cine Antonia Kovácheva, directora de la Cinemateca Nacional e integrante del jurado encargado de valorar los largometrajes:

Ha sido un festival muy vigoroso. Como crítico de cine cuido siempre de no pecar de entusiasmo innecesario con respecto a las nuevas cintas búlgaras ni me dejo arrastrar por un pesimismo inútil. Lo cierto es que ha habido un abanico bastante extenso de géneros y formas diferentes. De estos 13 largometrajes 8 fueron  estrenos. Este hecho confirma la tendencia que se viene observando en los últimos años de que en el cine búlgaro irrumpe una nueva hornada de cineastas. Esto es sumamente importante para la actualidad no sólo por los temas que éstos abordan sino también desde el punto de vista del trato que les dan y la forma en que los presentan ante el público. Por lo general, la cartelera de los largometrajes ha sido bastante interesante y el jurado ha tenido ciertas dificultades, ya que ante unos títulos fuertes y una maestría profesional importante, se vio que la graduación y la repartición de los premios resultaba una misión bastante complicada.

Respecto a los estrenos se puede decir que se agrupan en dos categorías básicas. Una es la de los cineastas noveles, y la otra la integran cineastas en ciernes que, en realidad, son unos profesionales consagrados por haberse desempeñado antes en  el cine documental y en los cortometrajes de ficción:

Ellos van hurgando en problemas importantes de la sociedad búlgara. El debut de Maya Vítkova, por ejemplo, ha sido con una película de mucho peso, muy arriesgada y provocativa. La cinta se titula “Victoria” y es bastante larga y compleja por su estructura. Es igualmente impresionante el estreno, con  la cinta “El expediente Petrov”, de un documentalista consagrado, Gueorgui Balabánov, colega nuestro de gran talento. Estas películas continúan abordando, si bien desde puntos de vista diferentes, los problemas causados por la herencia comunista, la transición entre el estado de libertad interior y sociedad totalitaria y las transformaciones que el ser humano sufre en los años de la transición. El enfoque manejado en ambas películas es muy interesante.

Antonia Kovácheva se sintió asimismo impresionada por la cinta “La mujer de mi vida”, del director Antoniy Dónchev, que cuenta la historia de dos kurdos jóvenes, desposados desde niños. La evolución de los conflictos mundiales, sin embargo, los separa y así los dos se van buscando mutuamente entre fronteras y cambios en la geopolítica mundial:

En todos los casos hemos comprobado el esmero muy marcado de los cineastas en que sus películas resulten comprensibles para el amplio público pero sin por ello hacer concesiones a expensas de la calidad, destaca Antonia Kováchev. Por esta razón a la hora de debatir las películas nos enzarzamos en importantes polémicas alegando argumentos sobre cuál de los cineastas debería alzarse con La Rosa de Oro. Las dos películas que rivalizaban por este importante galardón, al menos en el seno del jurado, fueron  “Reliquias de familia” , de Iván Cherkelov, y “Perdedores”, de Ivaylo Jrístov. Ambas se merecían la prestigiosa distinción, por diferentes motivos.

El Gran Premio “Rosa de Oro” a una película de ficción fue otorgado a la cinta “Perdedores” por “la narración veraz de la soledad espiritual y el impasse  existencial del hombre joven en Bulgaria, por la convincente actuación de los actores y por las interesantes soluciones visuales”. Con el Premio Especial del festival se alzó la cinta “Reliquias de familia”, por la entrega, el talento y el perfeccionismo cinematográfico del equipo creador de esta película. También fueron distinguidos los largometrajes” Trueque”. “De bruces”, “Recogedor de cadáveres”, “Sed” y “Mientras Aya estaba durmiendo”.

Versión en español por Mijail Mijailov