El músico folclórico, Iván Mijov, es un verdadero virtuoso del violín y sigue creando su arte en vísperas de su 80 aniversario.Recordemos que la música instrumental tiene rancias tradiciones en las tierras búlgaras. La gadulka, la flauta pastoril kaval y la gaita, fueron utilizadas en las tierras búlgaras desde tiempos muy remotos.

Estos son sus recuerdos que compartió en una entrevista con Nikolay Chirpanski de Radio Plovdiv.

“En 1958 fundé el grupo de Belorechen que se disolvió 14 años después y entonces reuní al grupo de Belozem. Hasta hoy en día, trato de conservar las tradiciones en música búlgara. La música folclórica debe ser guardada, ya que la creación popular pertenece al pueblo. Los jóvenes desean ser virtuosos y olvidan que la música no es un deporte, sino que viene del corazón”.

A veces el violinista interpreta sus rondas típicas en una cuerda de su violín y, otras veces, toca solo con la parte de madera de su arco. A través de los años se ha familiarizado excelentemente con las posibilidades de su instrumento y logra imitar, incluso a diferentes animales.

Iván Mijov trabajó con algunos de los mejores músicos del escenario folclórico búlgaro. Entre sus alumnos hay famosos instrumentistas de la joven generación. En 1980 creó su propio taller en que elabora violines.

En su último álbum, el violinista coopera con los músicos de la orquesta Tracios Jóvenes. Con su ayuda logró presentar al público sus últimas composiciones. Este exitoso proyecto muestra claramente que la continuidad y el respeto entre las generaciones de los músicos folclóricos búlgaros siguen vivos.