La fotografía se apoderó de mí de niño. Visitaba los talleres que se organizaban en la escuela. Después, durante un largo periodo no tomaba fotos, incluso no tenía cámara. Hace unos 10 años comencé a fotografiar como aficionado. Ahora lo hago con más frecuencia porque ya tengo la página La Gente de Sofía. Es una gran responsabilidad pero sé que a la gente le gusta ver fotos.
Viendo la página uno queda con la impresión de que un equipo grande se ocupa de su mantenimiento, de la toma de fotos, de su procesamiento, etc. Lo sorprendente es que Vijren logra hacerlo todo solo y esto no es su principal ocupación. Él prefiere trabajar sin equipo, ya que le preocupan las discrepancias artísticas. El aparato fotográfico casi siempre está con él y sus fotos nunca son planificadas. Son fruto de su intuición y de las emociones que lo inquietan en el momento.
Gracias a la página La Gente de Sofía aprendí a ser más paciente y más equilibrado, porque era una persona que se movía entre los extremos. Esto me ayuda a pensar más en las personas. Me fijo más en los detalles, mientras que los búlgaros no somos así. Para nosotros todo es blanco o negro y no existen matices y detalles. Igual que no hay una verdad absoluta, uno no podría decir de una persona cómo es exactamente. En una situación se comporta de una manera, en otros casos su comportamiento es diferente. Los búlgaros son muy categóricos. Somos muy imprecisos cuando comentamos la gente. Damos cualificaciones y esto no es correcto.
A pesar del gran número de fans y sus comentarios positivos, en la página en Facebook han accedido haters. Después de la marcha de los gay del año pasado, probablemente grupos previamente organizados atacaron las fotos en la página con comentarios negativos, críticas e informes en Facebook. Vijren opina que esto no debería ser así y siempre se muestra respetuoso hacia las preferencias individuales de cada uno. Hasta el momento no ha tenido conflictos con las personas que fotografió y solo algunos le pidieron que desmontara sus fotos de Internet. Este hombre joven asume las fotos como un tipo de arte y emociones conservadas que captaron el espíritu de la ciudad.
Mi objetivo principal es que cuando uno vea su foto ésta le agrade. Hay fotos que no he subido en Internet porque he valorado que la persona no ha salido bien. Siempre me muestro respetuoso hacia la gente. Muchos me han dicho que las fotos son excelentes y algunos las usan como fotos de perfil. Para mí esto es suficiente.
A diferencia de La Gente de Nueva York, la gente de Sofía no apuesta en las fotos de retrato, sino a momentos espontáneos de la vida de los vecinos de la capital. Las breves entrevistas de Vijren a personalidades que le parecen interesantes amplían excelentemente la impresión que hacen las fotos y aportan a la colección de emociones que captan el espíritu de la ciudad. La Gente de Sofía fue editado también como un libro que pinta el entorno urbano y su dinamismo, con muchas fotos de personas y situaciones pero apuesta más en las historias personales de los vecinos de Sofía y los visitantes de la capital.
Versión en español por Hristina Taseva
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