Durante los últimos años en Bulgaria los factores demográficos y sociales han llevado al abandono de muchos de los huertos frutales tradicionales que se mantenían en el pasado. Esto ha hecho disminuir la variedad y nos priva de valiosas especies de frutales. En abril de 2016 se ha lanzado la campaña “Secretos Culinarios de la Naturaleza 3”, que es parte de la iniciativa para salvaguardar los árboles frutales tradicionales. El objetivo es recuperar las especies amenazadas de manzanos búlgaros: Petrovka, Aivania y Buhavitsa, que figuran en la lista de variedades amenazadas del Ministerio de Agricultura y Alimentación, junto con otros frutales. La campaña está promovida por el “Club de Amigos de Vrachanski Balkan” de WWF y por una cadena de restaurantes que propondrá platos con recetas tradicionales de la región del parque natural Vrachanski Balkan. Así se recaudarán fondos para la causa. Más sobre el tema nos comenta Raina Popova de WWF:
Cuando vamos a comprar frutas y verduras y pedimos manzanas, pocas veces pensamos en preguntar de dónde vienen. Lomásfrecuenteesquenoseanbúlgaras. Los tipos de manzanas que conocíamos, en gran parte ya sólo existen en los huertos de los abuelos en los pueblos, en las tiendas ya no los hay. Por esto decidimos emprender esta iniciativa, a través de la cual llamar la atención precisamente hacia este problema. Nosotros valoramos la conservación de la biodiversidad, porque cuando esas manzanas desaparezcan de los huertos, algo que inevitablemente sucederá algún día, las perderemos para siempre. Queremos continuar su popularización, y todos podemos contribuir a ello. No es necesario ser productor agrícola para tener un huerto. En general toda auto-iniciativa es bienvenida, pero incluso sólo plantando algunos plantones (árboles jóvenes) de las variedades amenazadas en el patio, ya se puede apoyar la biodiversidad.
Para proteger esas especies búlgaras se construirá un huerto frutal modelo en el territorio del parque natural Vrachanski Balkan. Será un centro de demostración en el cual por un lado se podrán degustar los sabores búlgaros, y por el otro, ayudará a una mejor información de la gente. De momento el huerto será mantenido por voluntarios, y WWF espera que algún día se convierta en un banco de genes.
Pero ¿por qué es importante consumir especies frutales locales?
Nosotros crecemos en un clima único con muchas especies a nuestro alrededor, lo que automáticamente las hace las más adecuadas para nosotros, las que mejor encajan con nuestro organismo y nuestro sistema inmunológico. Tiene sentido que consumamos distintos tipos de productos locales, no sólo para apoyar el comercio local, sino que también tiene sentido para nosotros mismos. El objetivo de la iniciativa es llegar a más gente. El consumidor es quien dicta las reglas. En lugares más poblados se empieza a entender que la calidad no está ligada a la apariencia. Debemos buscar calidad y estar dispuestos a pagar por ella. No queremos manzanas que parezcan pintadas, todas iguales, grandes y rojas.
De la misma opinión es el profesor Gueorgui Ivanov, quien además de enseñar también se dedica a la fruticultura (ciencia que estudia el cultivo de especies frutales) como sus padres. Cultiva variedades tradicionales y menos conocidas de manzanos y cerezos en el pueblo de Dragovishtitsa, en Kiustendil. Gueorgui adora ocuparse del huerto, pero es consciente de que las dificultades de los productores de fruta en Bulgaria son grandes.
En los últimos años no se buscan variedades sabrosas. La gente que viene a comprar cerezas las quiere grandes, de 25 mm de diámetro como mínimo. Hasta las miden con plantillas. La cereza tradicional de Kiustendil, que es excepcionalmente sabrosa, ya no se cotiza como antes. Deberían abrirse fábricas, por ejemplo de conservas, que compren y conserven la fruta. No hay desarrollo alguno, todo sigue igual. Por ejemplo, el año pasado la gente recogía una tonelada o tonelada y media de cerezas, y al mismo tiempo los puntos de venta cerraron y se negaron a comprar. Las cerezas se quedaron en los garajes de cada uno. No se trata de manzanas o nueces, por lo tanto se estropearon en dos días. Se burlan de nosotros con las condiciones y los precios. La decisión adecuada sería publicitar de forma más amplia nuestro producto. Debe haber algo de competencia, no sólo un único comprador de toda la cosecha. No tenemos la posibilidad de competir con los países vecinos, porque ahí la producción madura antes y los subsidios también son más altos, declara Georgi Ivanov.
Versión en español por Marta Ros
Fotos: wwf.bg y Luiza Lazarova
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