El poeta Bogomil Gúdev es autor de la letra de decenas de canciones pop búlgaras. Los músicos de la Big Band de Radio Nacional de Bulgaria han hecho una pequeña pero curiosa selección de esos éxitos, que presentarán este 20 de mayo en el Estudio Mayor de esta emisora bajo la batuta de Antoni Dónchev. Actuarán como solistas en el concierto algunas de las voces mayores del pop búlgaro: Kíril Márichkov, Mimi Ivanova y Razvigor Popov, Nevena Tsóneva, Kalín Velyov, Preslava Krasteva, entre otros.

Irina Kalina es contrabajista. Se ha graduado por la Escuela Media Nacional de Música y por el Conservatorio de Sofía. Ha hecho múltiples másteres con grandes pedagogos y realizó con éxito el programa para solistas virtuosos del Conservatorio de Ginebra. Poco a poco se ha ido sumando a proyectos experimentales que conjugan diferentes artes. Además de instrumentista, es también actriz y escritora. Desde 2003 pone en escena espectáculos propios para los que escribe la música. En estos momentos trabaja sobre su noveno espectáculo. Reside en Suiza pero no se considera emigrante. Su padre, Bogomil Gúdev, también tocó el contrabajo, aunque por corto tiempo.

Él era violinista–dice Irina Kalina–. Tomó clases de este instrumento con la gran violinista y pedagoga Nedyalka Simeónova. Era una persona muy inteligente. Terminó la escuela media cum laudem y obtuvo el derecho de matricularse en cualquiera universidad sin presentarse a exámenes de ingreso. Decidió estudiar química pero el violín siempre ocupó un lugar importante en su vida. Tocaba jazz en clubes musicales con el compositor y cantante Razvigor Popov, al que le unió una entrañable amistad durante medio siglo. En  cierta ocasión el grupo de Razvigor necesitaba contrabajista e invitaron a mi padre a probar suerte con ellos. A él siempre le encantaron los desafíos de modo que en dos semanas se perfeccionó al punto de desplazar al contrabajista del grupo…

Escribir versos requiere talento. Es aún mayor el que hace falta para escribir versos para una pieza musical ya hecha. En esto Bogomil Gúdev era maestro. Es algo que lo distinguía de los demás poetas.

Guardo facsímiles que permiten ver cómo mi padre trazaba la estructura rítmica de la música para encontrar el pie poético más acertado para cada pieza –prosigue Irina Kalina–. Hay más: al buscar sinónimos, siempre optaba por la palabra más “musical”, la palabra que vibrase con energía. Creo que es uno de los secretos de sus textos para canciones. Descubrieron su talento en una orquesta de jazz donde tocaba el violín. No paraba de escribir variantes de letra en búlgaro para éxitos musicales extranjeros a fin de poder incluirlos en el programa de la orquesta. De su habilidad para escribir letras para canciones se enteró el compositor Atanás Boyadzhíev, quien había compuesto la música de la banda sonora de una película que había rodado pero no tenía letra para la canción. Se dirigió a grandes poetas que, sin embargo, no pudieron ayudarle. Entonces en un bar le presentaron a Bogomil Gúdev. El compositor le comentó su problema y le escribió en una servilleta la melodía que había compuesto. Al día siguiente Bogomil Gúdev le llevó la letra hecha. Aquel episodio puso el inicio de una maravillosa trayectoria artística conjunta de muchos años. En aquella época Bogomil era investigador científico y había hecho varias publicaciones científicas. Sin embargo asumió el riesgo de renunciar a esta carrera y se consagró a la música y la poesía. Para él, lo más importante era la libertad de la hoja en blanco y la sensación de estar volando al escribir.

Algunos de los textos de Bogomil Gúdev están muy influenciados por el folclore. Con toda certeza, el amor a la música tradicional lo había heredado de su padre Gudi Gúdev, uno de los primeros cantantes que hicieron registros en Radio Nacional de Bulgaria. El propio Bogomil tocaba el acordeón, que tiene marcada presencia en la música tradicional búlgara, y fue durante largos años presentador de programas folclóricos en esta emisora, para los que se encargaba de reunir personalmente las piezas musicales recorriendo toda Bulgaria.

Versión en español por Raina Petkova