El primer galardonado con el premio a aportación a la cultura búlgara durante la temporada pasada fue el Conjunto de Cámara "Solistas de Sofía", con director Plamen Dzhurov. La ceremonia de entrega del premio tuvo lugar en Kiustendil, la ciudad natal de Marin Goleminov, en la galería “Vladimir Dimitrov, el Maestro”. Siguió un concierto de "Solistas de Sofía". Junto con el gran premio fue entregada la distinción paralela Cuarteto de Oro.

El proceso de los debates fue muy natural. No recuerdo quién propuso primero a " Solistas de Sofía" pero todos destacaron sus éxitos. En Portugal, poco antes de morir, mi abuelo compuso una obra para orquesta de cuerdas y coro femenino que fue estrenada no hace mucho por los solistas. La orquesta ofreció muchas otras primeras interpretaciones e interesantes programas durante la temporada. No olvidemos el hecho de que en los primeros años después de la fundación del conjunto, Marin Goleminov era su director y le dedicó muchas obras. El catedrático Plamen Dzhurov, alumno de composición de mi abuelo, cuenta que el público por el mundo conoce y espera las obras de Goleminov que forman parte del repertorio del conjunto. La Asociación Marin Goleminov creada en Kiustendil inmediatamente después de su muerte organizó todo, también el Ayuntamiento y una empresa local aseguran el dinero para los premios. La idea es que el premio sea entregado cada año.

Recibir el primer premio nacional Marin Goleminov sin duda es un hecho que se recuerda durante toda la vida, dice el catedrático Dzhurov. Es algo memorable que te obliga a continuar la historia y proyectar su sentido en el presente. Han pasado años desde la época en la cual me reunía con el catedrático Goleminov varias veces a la semana. Todavía no puedo valorar qué incidió mayor influencia en mí, las orientaciones profesionales concretas o su presencia. Él no era muy parlanchín, hablaba rápido y usaba breves sentencias, reflexiones suyas o proverbios búlgaros. Estos dichos se apoderaban de la conciencia y uno comenzaba a plantearse preguntas. Estas sentencias suyas me hacen falta. Sigo descubriendo su música, su habilidad de presentar la idea de la composición en una fórmula.

Entre los visitantes oficiales de la ceremonia de entrega estaba la catedrática Natasha Yapova de la Academia Nacional de Música, una de las renombradas científicas y profesora de historia de la música. 

Marin Goleminov es aquella figura relevante de la música búlgara que consolida la música de cámara a través de una nueva mentalidad en este aspecto. Recordemos que este tipo de música es música para el propio sonido, música para ser escuchada y para ser interpretada. Viene de la tradición de tocar en la “cámara” del palacio, o sea, el cuarto reservado para la música, donde los aristócratas se reunían para comunicar mediante este arte. Solo seis decenios después de que Bulgaria lograra su independencia y echó los cimientos de su cultura, Marin Goleminov consolidó el género de la música de cámara mediante su arte. 

Versión en español por Hristina Taseva