Recientemente, un retro tranvía de Navidad empezó a circular por un tramo céntrico de la capital búlgara. Durante toda la semana que precede a la mágica fiesta los pequeños pasajeros, los niños, pueden viajar gratis en él.
El recorrido se inicia en la Plaza de Vazrázhdane, cerca del imponente edificio del Ministerio de Agricultura y Alimentación, pasa por la hospitalaria y bonita plazoleta de Garibaldi –con la pequeña y elegante estatua ecuestre del heroico general italiano, sigue junto a la animada plaza de Slaveykov –con su librería al aire libre más grande de Bulgaria y las esculturas de bronce de los Slaveykov, padre e hijo poetas y escritores, sentados en un banco, luego se dirige a la plazoleta del Periodista pasando por la avenida que queda detrás de Radio Nacional de Bulgaria, para terminar en una parada emblemática de nombre romántico, De los Cerezos, que conserva el espíritu de los años 30 del siglo pasado. Complementa el encantador ambiente una linda casita medio de madera, como las de los cuentos de hadas, en la que vivía la familia que cuidaba y mantenía una línea de tranvía pequeña ya desaparecida que conectaba la plazoleta del Periodista con el Seminario.
El tranvía de Papá Noel transita en intervalos de 45 minutos, por eso los deseosos de hacer el itinerario deben armarse de paciencia. Los chiquillos tienen la oportunidad de montar en uno de los restaurados tranvías Siemens del año 1924, con número de serie 35. El coche de 115 años de edad está decorado con juguetes y crea un ambiente festivo. Tiene, además, un hilo musical navideño; la música resuena y Papá Noel y su acompañante Blancanieves se encargan del buen estado de ánimo de los pasajeros. Desean mucha salud y suerte a la gente que se monta en el tranvía y sugieren a todos que crean en el espíritu de la Navidad. Entre tanto los niños comparten sus deseos de regalos por Navidad, muy variados, por cierto: uno quiere bicicleta con cambios de velocidad y carrusel, otro, pijama, y el deseo de un tercero es que le regalen un todoterreno con volante.
Ayudamos a Papá Noel a repartir caramelos y le preguntamos si prefiere el tranvía a su trineo. No se pueden comparar –responde Santa– . Mi trineo está destinado para una cosa, y el tranvía para otra.
Durante el primer recorrido del tranvía navideño, los pasajeros disfrutaron de las voces de los pequeños cantantes de un conjunto del Palacio Nacional de la Infancia que interpretaron villancicos. ¿Qué impresión deja la experiencia del paseo en los pasajeros?
Fue muy divertido. Lo que más me gustó fue el timbre del tranvía –dice una de las mamás que acompañan a sus retoños– . Muy emocionante, en general. También había un coro que cantaba en la parte trasera del coche.
Otra mamá agrega: Este año llegamos muy a tiempo, en el momento justo que apareció, no esperamos en absoluto. Por primera vez hay un horario, antes se informaba que el tranvía circulará entre las 12 del mediodía y las 4 de la tarde, y había que esperarle. El tranvía crea un ambiente navideño. Con mi hijita paseamos en él cada año, desde que ella era un bebé. Miren, allí viene. Ceder el paso al tranvía de Navidad.
Versión en español por Daniela Radíchkova
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