En 2017 se cumplen 10 años del ingreso de Bulgaria en la UE. Cada 13 de enero se celebra el Día del Cine Búlgaro. Sobre los cambios ocurridos durante esta década en el Séptimo Arte a nivel nacional se refiere el crítico e historiador de cine Prof. Bozhidar Manov.
Uniéndose a la UE, Bulgaria se convirtió en miembro de pleno derecho de algunos de los mayores fondos europeos para la cultura y, en particular, para el cine como Eurimages y el programa Europa Creativa, subprograma MEDIA –dice Bozhidar Manov– . Esta afiliación permite participar en coproducciones europeas que se benefician de importantes fondos financieros. Por otra parte, se apoya la distribución de películas europeas en Bulgaria y de las de producción nacional, en Europa. Esto facilita el intercambio de cine europeo que busca el efecto artístico, haciendo frente al cine comercial norteamericano. Estos fondos proporcionan ayuda a programas educativos en los que profesionales de diferentes áreas cinematográficas reciben una formación adicional.
Otra línea de cooperación e integración con nuestros socios europeos es la construcción de una red de salas de cine. En Bulgaria la distribución de películas se ve seriamente obstaculiza por la ausencia de aquéllas. La mayoría están en los multicines en los centros comerciales, y la cultura de los centros comerciales está contraindicada al cine arte. Por eso el programa Europa Cinemas habilita una red de varias miles de salas de cine para la distribución de películas europeas no comerciales que reciben ayudas especiales, subvenciones, financiación. En Sofía, por ejemplo, es el caso de la Casa del Cine y el Cine Lumiere, en el Palacio Nacional de Cultura, y en la ciudad de Varna, la pequeña sala Europa en el Centro de Festivales y Congresos. Hay también otras salas que forman parte de una red europea común para cine no comercial.
El propósito es fortalecer la cultura cinematográfica europea que lucha con la muchas veces más fuerte industria del cine comercial procedente de ultramar.
No se trata de ideas y programas gratuitas, sino de un proyecto estratégico que permita que el cine europeo, bien apoyado de momento por los gobiernos y los fondos internacionales, consiga oportunidades para preservar su identidad. En este sentido Bulgaria es bastante activa en estructurar este tipo de contactos mediante el Centro Nacional de Cinematografía y los productores privados. Un ejemplo es que cada año se realizan coproducciones interesantes. En ellas nuestro país es, a veces, productor mayoritario, es decir, tiene un papel líder en lo tocante a la parte artística y creativa, y también como organizador y productor de la parte financiera del proyecto. En otros casos somos un productor minoritario y aportamos parte del presupuesto a coproducciones europeas multilaterales. En definitiva, el nombre de Bulgaria está presente en el mapa europeo y en los catálogos de los principales festivales europeos. Me gustaría que Bulgaria fuera más a menudo un productor mayoritario pero por el momento nuestras capacidades financieras son limitadas y lo que solemos es apoyar a otras producciones europeas. Sin embargo participamos en su realización.
Durante el año pasado, por ejemplo, tuvo su estreno la película El fiscal, el defensor, el padre y su hijo, una coproducción entre Bulgaria, Suecia y Holanda, escrita y dirigida por la realizadora búlgara Iglika Trífonova. El país participa también en otras producciones y tiene una presencia digna en la distribución europea. Actualmente el director búlgaro Milko Lázarov prepara un interesante proyecto titulado Nanuk en el que Bulgaria desempeña el papel protagónico tanto en lo creativo como en lo financiero.
Tenemos éxito también en trabajos de coproducción en el ámbito del cine documental, principalmente mediante nuestra compañía cinematográfica Agitprop –prosigue el Prof. Manov– . Ya es una es una marca registrada el que largometrajes documentales búlgaros ganen premios de gran prestigio en festivales especializados, y luego sean bien recibidos en las salas de cine europeas. Este es un breve resumen de los resultados reales, visibles y concretos de esta integración que antes nos era imposible lograr porque no respondíamos a una serie de normas y reglamentos para participar en la cofinanciación europea. Ahora ya tenemos los mismos derechos.
Versión en español por Daniela Radíchkova
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