Noble, inteligente, educada y de personalidad increíblemente apasionada, Penka Kasabova pasará a la historia como “pedagoga de pedagogos”, pero también como la mujer que tiene un lugar especial en el corazón del mundialmente famoso bajo, Boris Christoff. Ella partió de este mundo en el año 2000, dejando una “colmena” de seguidores y una enorme huella en la historia de la educación pedagógica en Bulgaria. Nació en Stara Zagora en 1901, en la familia de un maestro búlgaro.

Penka Kasabova es conocida principalmente como el gran amor de Boris Christoff”, cuenta la Dra. Dragostinova. Hasta los 92 años, Penka documentó todos los triunfos y todos los momentos dramáticos de la carrera internacional de Boris Christoff, a pesar de la distancia. Coleccionaba críticas, recortes de periódicos extranjeros. Así creó su diario, que legó a la famosa poetisa Leda Mileva, con la petición de que fuera publicado después de que la última persona que podría verse afectada por ello falleciera. De acuerdo con esta ética, Leda Mileva lo publicó en 2012 bajo el título “Amor y talento”. Por desgracia, poco después, Leda Mileva falleció. Continuando su labor, su nuera Violeta Tsoneva recopiló todo lo que quedaba de Penka Kasabova. Parte del archivo lo donó al Museo de Educación de Gabrovo, y el resto a la casa-museo “Boris Christoff”. Yo decidí que ya era hora de compartir esos recuerdos y elaboré un proyecto que obtuvo una subvención del Ministerio de Cultura. La obra de Penka Kasabova como “pedagoga de pedagogos” es universal, y nosotros seguiremos enriqueciendo la exposición.

A los 18 años, por insistencia de su padre, Penka hizo el curso para profesores de escuela de Elisabeth Clark, hija del primer misionero americano en Bulgaria y fundadora de la Escuela Infantil Americana en Bulgaria y la escuela de pedagogos adjunta.

Penka Kasabova se trasladó a Sofía y comenzó su formación, y más tarde ella misma dio clases a los futuros maestros. La mano que mece la cuna gobierna el mundo: esta idea que a menudo expresaba miss Clark inspiró a la joven Penka, que trabajó incansablemente para fortalecer el vínculo niño – progenitor – maestro – comunidad –Estado. Tras graduarse en la universidad en EEUU, regresó a su patria y empezó a crear escuelas infantiles por toda Bulgaria. Fundó también escuelas infantiles de verano en los pueblos. En verano iba descubriendo los talentos de sus alumnos para irles guiando hacia las profesiones adecuadas. Lo hizo también con un joven abogado llamado Boris Christoff. Consiguió introducirle en su círculo intelectual y le animó a dejar el Derecho para ir a estudiar a Italia, sabiendo que se condenaba a la soledad. Hay una foto de Petkovden, el día que ella celebraba su santo: Boris le había regalado un maravilloso anillo, y justo antes de hacerse una foto juntos, él le susurró que levantara la mano para que todos vieran el anillo. Hay también muchos otros momentos emocionantes en esas fotos. He titulado la exposición "Entrefa" porque ella realmente se dedicó por completo a su amor por Borko, como le llamaba ella, y a su labor educativa. Falleció meses antes de cumplir 100 años. La última anotación en la exposición es una cita de su libro: Soñé con ser astrónoma, pero descubrí las estrellas aquí en la Tierra: los niños, esas almas puras. Comprendí que nací para esto, para educar a los niños y las personalidades del futuro.

Versión en español por Marta Ros