Vlada Tomova vive en Nueva York con su marido, Chris Rael (conocido músico americano) y su hijo pequeño, Alexander. Como intérprete presenta música tradicional búlgara y balcánica, melodías sefardíes y composiciones de su autoría. En los últimos años viene cada vez más a menudo a Bulgaria, junto con el pequeño Alexander. Está convencida de que así el niño irá entrando en contacto de forma natural con sus raíces búlgaras. Hace tiempo se hizo muy popular entre los búlgaros de Nueva York su "Canción del Alfabeto", creada para facilitar la educación de los niños que asisten a la escuela búlgara "Jóvenes Voces Búlgaras - Nueva York". Más tarde esa canción se popularizó también en Bulgaria. Su más reciente composición es "Mi corazón y yo somos uno". La canción y el videoclip, grabados en Bulgaria, fueron publicados oficialmente el pasado 3 de marzo, fiesta nacional del país. 

Esta canción nació de forma espontánea en el avión durante un viaje mío de Sofía a Nueva York y Seattle. La letra surgió de la sensación de que dejando Bulgaria dejo parte de mi corazón y de mí misma en mi tierra natal. Y así viajando, pero esa vez yendo hacia Bulgaria, empezó a surgir también la música, fue muy emocionante. El motivo por el que iba a Sofía era un concierto en Radio Nacional de Bulgaria. Al terminar, entramos en el estudio y grabé la canción con los maravillosos músicos de mi grupo búlgaro. Obtuvimos un gran apoyo de BIT, la televisión búlgara internacional, e inmediatamente grabamos también el videoclip en uno de mis lugares favoritos de Sofía.

Vlada explica también que este año ha organizado, por primera vez, el concurso "Lo que hago", destinado a proyectos relacionados  con programas de arte y educación infantiles. Pueden participar colegios, centros culturales, guarderías, centros infantiles, etc. Para ilustrar su actividad, los participantes deben enviar materiales en foto o vídeo. Los mejores se difundirán a través de redes sociales y medios de comunicación, y el ganador recibirá apoyo financiero de los beneficios de la canción "Mi corazón y yo somos uno".

Como una búlgara que vive en el extranjero, deseo apoyar a Bulgaria, que me ha dado impulso vital y es donde me crié. Tras la presentación de "La canción del Alfabeto" en algunas guarderías del país, me quedé muy impresionada por la labor de los pedagogos infantiles, que con entusiasmo y dedicación, y a veces con escasos recursos materiales, pero con gran amor, trabajan con los niños, construyendo de ese modo el futuro de Bulgaria. Y los niños búlgaros son fantásticos. Creo que la organización del concurso es una causa muy buena, a través de la cual, el trabajo de niños y pedagogos será visto y apreciado por muchas más personas en Bulgaria. Estoy segura de que también atraeremos la atención de las comunidades búlgaras en el extranjero, las que, a través de la creación de escuelas de fin de semana, también buscan preservar su espíritu nacional. Todos los beneficios de la venta de la canción durante un año serán donados al centro escolar o cultural que quede en primer lugar, con el objetivo de apoyar sus programas relacionados con niños.

Los candidatos que han enviado hasta ahora sus presentaciones no son pocos, pero Vlada espera que haya aún más de aquí a finales de mes, que es cuando vence el plazo establecido.

Versión en español por Marta Ros