En Shumen, ciudad natal del músico búlgaro Pancho Vladiguérov, se celebran desde hace años concursos para pianistas, violinistas y cantantes. Hay dos formatos: nacional o “pequeño”, en el que pueden participar intérpretes de hasta 19 años, e internacional, que no impone restricciones de edad.

La edición de este año presenta la forma de los concursos celebrados hasta ahora para pianistas y violinistas de distintos grupos de edad, pero por primera vez es internacional. En 1995 la fundación “Pancho Vladiguerov” organizó el primer concurso con el nombre de su patrón. Entonces se llamaba “Concurso nacional Pancho Vladiguerov” y reunió a más de 80 participantes. Actuaron jóvenes talentos que actualmente son nombres establecidos. Entre ellos se encuentran Yana Deshkova, violín, y Ruzha Semova, piano. A lo largo de los años, el concurso se celebró en diversas variantes, y se llegó a la idea de trascender al marco nacional, lo que ha sucedido por primera vez este año en el “concurso pequeño” de hasta 19 años. Por supuesto, se mantienen los concursos internacionales, que no tienen restricciones de edad y se vienen organizando desde 1986”, dice Diana Decheva, directora ejecutiva de la fundación “Pancho Vladiguérov”

El Prof. Mincho Minchev, presidente de la fundación “Pancho Vladiguérov” y presidente del jurado de violín, explica los cambios del reglamento y comparte su punto de vista sobre la actitud con la que los jóvenes músicos se deben comprometer en cada concurso:

Recuerdo lo que pasaba cuando estaba entre los participantes de diversos concursos, hoy estoy constantemente en un papel de educador y miembro del jurado, de modo que tengo una gran experiencia. Desde mi punto de vista, si vas a un concurso con la actitud de actuar de la mejor forma posible, tras prepararte lo mejor posible, y así llegar al nivel más alto de desarrollo, entonces eres un ganador, independientemente de si obtienes un premio o no. No tenemos un sistema exacto para medir los resultados como, por ejemplo, en el deporte. Pero esta unidad que existe entre los miembros del jurado en distintas especialidades es garantía de profesionalidad y de buena voluntad. Hasta ahora había una serie de puntos para pasar de una fase a otra. En esta edición hemos hecho cambios en el reglamento, según los cuales los puntos de la primera y la segunda ronda se acumulan. Que la gente del mundo sepa que en Bulgaria hay un concurso que lleva el nombre del mayor compositor búlgaro, por el que hacen esfuerzos el Ministerio de Cultura, la administración local y representantes de diversas empresas que apoyan el concurso. Agradecemos el apoyo de Radio Nacional de Bulgaria y Televisión Nacional de Bulgaria, así como la colaboración profesional de la Filarmónica de Ruse y de la orquesta Sinfónica de Shumen, con las que tocan los candidatos en las rondas finales. Todo esto me lleva a esperar con optimismo que en 2019 el concurso será fantástico.

El prof. Boyán Vodenicharov, presidente del jurado de piano, ofrece un breve resumen sobre el concurso para pianistas:

El nivel general de los candidatos era muy convincente y nos dejó la impresión de un buen trabajo profesional. Se sabe que a esta edad el trabajo con los profesores es extremadamente importante, y es obvio que la mayoría de los niños tienen buenos maestros. Los pianistas de los tres grupos sumaban 16, pero eso no impidió que el concurso tuviera su propia forma y apariencia. Los más impresionantes fueron los pequeños, especialmente los niños que ganaron los dos primeros premios: Anguel Yalachkov y Boril Jristov. El jurado estaba entusiasmado, tocaron apasionadamente con una energía natural y espontánea típica de su edad. En el segundo grupo los hermanos Hassan e Ibrahim Ignatovi causaron muy buena impresión. Son realmente un fenómeno. Para su edad (14 años) lo que han logrado es realmente sorprendente, tanto en términos instrumentales como en su capacidad de reflexionar sobre las piezas. Como dice mi colega del jurado Aquiles delle Vigne, “El concurso ofrece la posibilidad a un músico joven de luchar ante todo contra sí mismo, no necesariamente con los competidores. El concurso es un lugar de encuentro, un lugar donde se puede salir al escenario cuando estás bajo un gran estrés, en una situación extrema, y poner a prueba tus fuerzas”.

Versión en español por Marta Ros