La pasada noche del 17 julio en la capital búlgara, Sofía, tuvo lugar un concierto solemne con motivo del 180 aniversario del natalicio del Apóstol de la Libertad, Vasil Levski. En el escenario al aire libre, acondicionado en el parque de la Academia Militar, resonó una obra casi desconocida: el oratorio–requiem Vasil Levski para coro, tres solistas, orquesta y recitador, compuesto por Boyán Ikonomov. Autor de la letra del oratorio es el poeta Dimítar Tochev. La idea para la realización de esta obra vocal e instrumental es del Acad. Plamen Kartalov, director de la Ópera y Ballet Nacional de Sofía.

El compositor Boyán Ikonomov (1900–1973) fue graduado por la Universidad Libre de Sofía pero estudió de forma privada teoría de la música, armonía y contrapunto. Continuó su formación en la Schola Cantorum de París, donde se instruyó en composición con Vincent d’Indy, y en viola y órgano con Guy de Lioncourt. Luego profundizó sus estudios en composición con Nadia Boulanger y Albert Roussel. En la capital francesa vivió y trabajó como compositor y director de orquesta independiente hasta 1937. Fundó un coro masculino de emigrantes búlgaros que interpretaba sólo música búlgara. En París, Lyon, Lausana, Roma, Viena y Wroclaw dirigió conciertos sinfónicos con programa de repertorio búlgaro. Al regresar a Bulgaria, fue director musical de Radio Sofía durante diez años.

El primer registro del oratorio–requiem Vasil Levski es documental y se hizo en Karlovo, la ciudad natal del Apóstol, en febrero de 1973 bajo la batuta de Vasil Stéfanov. Actuaron como solistas el barítono Sabín Markov, la soprano Stefka Popánguelova y la mezzosoprano Reni Penkova. La parte coral fue interpretada por el Conjunto para Canciones Folklóricas de Radio Nacional de Bulgaria, una agrupación que ya no existe, y la orquesta fue la Filarmónica de la ciudad de Plovdiv. A finales de aquel mismo año la obra fue grabada en un estudio de la Emisora Nacional por la Orquesta Sinfónica de la misma y los ya mencionados solistas, coro y conductor. Y el público vibró escuchando al narrador recitar los versos impregnados de admiración por el gran héroe nacional:

Acuden los devotos a la tumba de Jesucristo para llevarse un pedazo de Su Cruz y ponerlo junto a sus iconos. De tu horca tomé un pedazo que planté en la llama de mi corazón. Que mi alma joven viva en desasosiego, que mi sangre hierva, roja e inquieta... ¡Gloria! ¡Gloria e inmortalidad eterna a todos los héroes!

El concierto dedicado al notable aniversario incluía, además, otras dos obras: Sacrificio nocturno, del compositor, profesor y director de coros ruso, Pavel Chesnokov, y un fragmento de Improvisación del destacado compositor, pedagogo y pianista búlgaro, Pancho Vladiguerov. Una canción del compositor Dimítar Penev, con letra de Alexánder Kalchev, escrita en forma de una carta a Levski, ha recogido la amargura por los defectos indelebles del ser humano y los problemas que se han ido acumulando en este país en las últimas décadas.

Se funde como la nieve nuestra nación y cada uno encuentra la salvacíón allá donde le llevan los ojos, abandonando la patria en busca de un país que le ofrecerá protección. Por eso te escribo, Apóstol.

No son muchas las obras musicales en honor a Vasil Levski. Dos de los títulos contemporáneos dedicados al Apóstol de la Libertad son obra del compositor y director coral, Stoyán Bábekov.

En los 80 del siglo pasado, para el archivo sonoro de Radio Nacional de Bulgaria fue grabada su cantata “Juramento a Levski”, interpretada por el Coro Mixto “Petko Staynov”. La segunda obra, titulada “Tropario al santo hierodiácono Ignacio, también conocido como Levski”, fue grabada en 2014 por la composición masculina del Coro Mixto de Radio Nacional de Bulgaria dirigido por Rumen Raychev. La palabra “santo” en el título es una decisión del autor. Levski no ha sido canonizado como santo pese a la campaña pública masiva de hace algunos años.

Versión en español por Daniela Radíchkova