La segunda sesión del Consejo Consultivo de Seguridad Nacional sobre el tema de la necesidad de medidas legislativas contra la corrupción, celebrada en el transcurso de la semana, no ha logrado los resultados esperados. El presidente Rumen Radev dio a entender que no hay acuerdo acerca del papel y las funciones del futuro órgano anticorrupción, como tampoco sobre el tema del nombramiento de su Directiva.

La negativa del partido gobernante GERB de apoyar la petición del Partido Socialista Búlgaro (PSB, por sus siglas en búlgaro) por un órgano investigador fue calificada por los socialistas de falta de deseo de luchar contra la corrupción. Por su parte del GERB objetaron que un tal apoyo es imposible puesto que la propuesta socialista entra en contradicción con la Constitución.

Después de la sesión hubo episodios de airadas acusaciones mutuas entre gobernantes y oposición. Los socialistas rechazaron sancionar a su diputado Gueorgui Stoílov en relación con el arresto de un hermano suyo, acusado de dirigir un grupo de extorsión. Según los socialistas, no hay relación entre los dos hermanos en estas acciones concretas, siendo, además, el caso con fecha de 2015, y se comenta ahora para distraer la atención de acusaciones lanzadas contra el propio partido GERB por nombramientos basados en relaciones de parentesco. GERB rechazó estas últimas con la revelación de que los hermanos eran socios en una empresa comercial. A su vez el PSB recordó la actividad conjunta pasada del actual primer ministro, Boyko Borisov, con figuras tristemente célebres del negocio sumergido. Un diputado socialista expresó a su vez la suposición de que el jefe de Inteligencia,Dragomir Dimitrov, sería primo segundo del Jefe de Gobierno. Esto último fue desmentido tanto por Dimitrov, como por el Consejo de Ministros, de lo cual se desprende que la confrontación entre los partidos incluye también al Ejecutivo.

El desarrollo de los acontecimientos confirma la sensación de un crecimiento de la tensiónentre los participantes principales en la vida política, pero hay tensión no solamente entre los partidos, sino también en el seno de los mismos. Dentro de una semana el PSB celebrará un congreso, cuya agenda fue aprobada tan sólo con 4 votos más que los necesarios y algunos consideran que el foro supremo del partido será un peculiar voto de confianza a su líder Kornelia Nínova. La propia Ninova no negó contradicciones internas entre los socialistas pero vio contradicciones aún más serias en el GERB, debidas, en su opinión, a un hartazgo de poder.

La confrontación no sólo se intensificó, sino que multiplicó sus direcciones después de que el PSB pidiera la dimisión del viceprimer ministro Valeri Simeonov y el titular de Interior,Valentín Radev, por haberse incluido la valla en la frontera con Turquía en la lista de sitios estratégicos de la seguridad nacional.

Es probable que el campo de la confrontación se amplíe aún más en la marcha de los próximos debates sobre el Presupuesto Públicopara el año que viene. Las conjeturas de un final intenso de 2017 parecen muy posibles.