Shumen es uno de los centros del Renacimiento Nacional búlgaro (siglos XVIII a XIX), de la vida cultural y espiritual de aquel período. Su ambiente se puede respirar aquí aún hoy en día. En esta ciudad del noreste del país se conservan como museos las casas de algunas de las personalidades más prominentes de la época como Panayot Volov y Dobri Voynikov, así como la de Pancho Vladiguerov, uno de los compositores, músicos y figuras públicas búlgaras más destacados. En Shumen nacieron el mitropolita Kliment de Tárnovo (de nombre secular Vasil Drumev), así como el primer muftí de los musulmanes en Bulgaria: Hocazade Mehmed Muhiddin.
En la parte occidental de la ciudad, antaño zona céntrica de la urbe, se ubica la Mezquita de Tombul, un templo musulmán que, durante el Renacimiento Nacional, fue uno de los centros religiosos, culturales y educativos más importantes de los musulmanes en tierras búlgaras.
Generación va, y generación viene; mas la tierra siempre permanece. Hay un momento para todo y un tiempo para cada cosa bajo el sol: Un tiempo para demoler y un tiempo para edificar; estos pensamientos sobre los tiempos, sobre el edificar y el demoler (del Libro de Eclesiastés) surgen de forma natural al cruzar el umbral de la Mezquita de Tombul. Además de ser uno de los símbolos de Shumen, el templo es un monumento nacional de la cultura y forma parte de los 100 sitios de interés turístico nacionales de Bulgaria, aunque las obras de restauración de los últimos años han mermado significativamente el número de las visitas.
La Mezquita de Tombul fue edificada en 1744 por encargo de Serif Halil Pasa y porta el nombre de su benefactor. Sin embargo, debido a su cúpula redonda (en turco, tombul), entre la población se la conoce como la Mezquita de Tombul. El estilo arquitectónico del templo está influenciado por el estilo arquitectónico otomano del llamado período tulipán de inicios del siglo XVIII, caracterizado por la presencia de elementos del barroco francés. Todas las partes del complejo arquitectónico están incluidas en una composición común y están conectadas con patios. En la sala de oración se accede por un vestíbulo abierto con altas arcadas de estilo mauritano. En su libro, titulado Los secretos de la Mezquita de Tombul, el Prof. Dobrín Dóbrev de la Universidad de Shumen escribe: A la Mezquita de Tombul se le conoce como uno de los edificios de culto musulmán más grandes de la Península Balkánica. Tradicionalmente, se señala también la existencia de una rica biblioteca que contiene 800 manuscritos y 1.500 volúmenes incunable.
En 2004 se llevó a cabo un estudio con el objetivo de restaurar la mezquita. En el período de 2005 a 2008 se realizaron algunas actividades de emergencia para fortalecer el templo pero, debido a la escasez de fondos, el proyecto de restauración fue suspendido hasta 2016 cuando las obras fueron reanudadas gracias a la recaudación de donativos. La labor incluye dos etapas: la de la construcción y la de restauración artística.
La Mezquita de Tombul, para mí, es la más ricamente adornada de todas las que he visto, excepto las que se construyen en la actualidad en el Oriente Medio –dice, categórico, Lubomir Vodenichárov, jefe de la restauración artística. En lo que a esta última se refiere, explica:– Lo más complicado de esta mezquita es que en ella hay exhibidos dos períodos de decoración: uno es el original de mediados del siglo XVIII, y el otro, más tardío, del siglo XIX, es reproducido. Esto se ha hecho porque la primera decoración estaba subordinada a la estética aleví. En el s. XIX, debido a algunos daños producidos, y también a las ya mencionadas consideraciones de índole estética, la decoración fue copiada pero ya con los elementos locales del barroco turco. Hemos llegado a un acuerdo según el cual se restaurará la capa del período que sea descubierta. Procuramos asegurarnos de que haya una diferencia clara. Toda la decoración es impresionante porque está pintada a mano, no han sido usados patrones.
Versión en español por Daniela Radíchkova
Fotos: Ozlem Tefikova y Radio Shumen
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