Por primera vez un primer ministro búlgaro ha participado en la ceremonia conmemorativa del 75º aniversario de la deportación de más de 7 mil judíos del territorio de la actual Macedonia al campo de concentración de Treblinka.
La visita del primer ministro búlgaro, Boiko Borisov, a Skopje es una visita sin precedentes – comenta Martín Minkov, corresponsal de Radio Nacional de Bulgaria durante muchos años en la capital macedonia:
El mensaje está orientado por completo hacia el futuro, pero está basado en hechos históricos fuertes. Cada año en Skopje se desarrolla la llamada “Marcha de los vivos”. Todas las veces esta marcha tiene un contenido en contra de Bulgaria. el que se haya superado esta forma de pensar con motivo de los acontecimientos trágicos de hace 75 años es una señal exclusivamente positiva de que algo sustancial está cambiando en las relaciones entre Bulgaria y Macedonia. La retórica antibúlgara, excluyendo algunos medios informativos macedonios, había llegado al mínimo. En las palabras de Boiko Borisov había un gesto humano exclusivo: “Sentimos dolor por cada vida humana enviada a morir en los campos nazis.” Estas palabras suenan un tanto diferentes en nuestro país porque hemos salvado a nuestros 48 mil judíos. En el territorio de las llamadas antiguas fronteras de Bulgaria, que se encontraban bajo la administración búlgara, pero en realidad aplastadas por las botas nazis (Macedonia y Grecia del Norte) los judíos no habían recibido nacionalidad búlgara y no pudieron ser salvados –estos son los hechos–. La tristeza por estos acontecimientos expresada por Boiko Borisov repercutió ampliamente en la comunidad macedonia, pese a que todavía existen prejuicios históricos hacia Bulgaria y en especial hacia este período de la historia.
El primer ministro búlgaro mencionó también lo que estaba más cerca de la conciencia de los ciudadanos macedonios contemporáneos –el horror de las guerras en la ex Yugoslavia, la forma sangrienta en que esta federación se desmoronó–, acontecimientos que no deben repetirse en los Balcanes:
Para nosotros estos acontecimientos estaban un tanto más alejados, mientras que la gente en Macedonia los vivió. Por eso es que no entiendo a las personas que se dejan atrapar por los idologemas –gente así hay también en Bulgaria, pero aún más los hay en los medios informativos y en los círculos de la oposición en Macedonia que aspiran a mantener una tensión constante entre Bulgaria y Macedonia. Quisiera compartir algo que para mi fue muy indicativo. Uno de los renombrados historiadores en Macedonia – defensor de Macedonia y en esencia con inclinaciones que no están a favor de Bulgaria, Todor Chepreganov, ha dicho fuertes palabras. Comparó el gesto de Boiko Borisov de ir a Skopje en ocasión al 75 aniversario de la deportación de los judíos con el gesto histórico que había hecho el canciller de la República Federal de Alemania, Wilyi Brandt, al hacer su primera visita a Varsovia y hacer una ofrenda floral ante las víctimas de los acontecimientos durante la guerra en el gueto de Varsovia.
El historiador Todor Chepreganov definió como “una decisión estatal valiente” la visita de Borisov a Skopje. Pienso que esto es un serio mensaje que espero que más personas en Macedonia oigan, agrega Martín Minkov. ¿Logra Bulgaria tener más presencia en Macedonia a través de los medios informativos, actividades culturales y económicas, y la gente allá lo capta?
Por supuesto que lo capta, en especial en el plano económico. Muy pronto tras la firma del Tratado de Amistad y Buena Vecindad se destaparon las relaciones económicas bilaterales. La comunicación de la gente –incluso en el período de las relaciones internacionales congeladas– nunca ha parado. Sin embargo, hay mucho por hacer en cuanto a la cultura, el arte contemporáneo búlgaro, los medios informativos búlgaros, que está lejos de lo que es necesario. Debemos decir que lo mismo ocurre con la presencia de la cultura contemporánea macedonia en Bulgaria. Hay una tarea más difícil –formar una comisión de trabajo de hombres de la ciencia de Macedonia y de Bulgaria que, poco a poco, y con argumentos hagan que se asemejen las formas de leer nuestra historia. Porque nadie puede negarlo –cuán común es–.
Martín Minkov es optimista y valora como irreprochable la forma en que Bulgaria ha demostrado su ambición como país miembro de la Unión Europea de hacer lo necesario para que la Unión se abra hacia los problemas de los Balcanes Occidentales y garantice su perspectiva europea. En este sentido, para nosotros los países vecinos son los más importantes y en primer lugar está Macedonia, dice en conclusión Martín Minkov.
Versión en español Ludmila Sávova
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