Un día después del 24 de mayo, Día de la Cultura y la Escritura Eslava, una delegación del Gobierno búlgaro se encuentra en el Vaticano para la tradicional audiencia festiva con el Papa. Con ella se reproduce simbólicamente la misión de los santos hermanos Cirilo y Metodio, que en el siglo IX fueron a Roma para recibir la bendición papal y permiso para traducir la Biblia al antiguo eslavo. La tradición dicta que la delegación búlgara acuda cada año al Vaticano con regalos de Bulgaria. No es casual que ahora el primer ministro, Boyko Borisov, lleve consigo, entre los regalos oficiales, 33 esquejes de rosa oleaginosa para que sean plantados en los jardines del Vaticano. Los arbustos de rosa llegan a la Ciudad Eterna desde el Valle búlgaro de las Rosas, como los ancestros de los búlgaros llamaban a Kazanlak, debido a las buenas condiciones que hay en la zona para el cultivo de plantas aromáticas oleaginosas. 

Actualmente las plantaciones de rosa en Kazanlak  han florecido ya en todo su esplendor. La primavera ha sido cálida y los productores obtienen de nuevo un buen rendimiento de color rosa. Sobre ese maravilloso fondo, han empezado las celebraciones dedicadas al concurso para elegir a la Reina Rosa. Se trata de uno de los festivales más antiguos de Bulgaria, que este año celebra su 50º aniversario. La propia Fiesta de la Rosa de Kazanlak se empezó a celebrar en mayo hace 115 años. Un dato curioso es que, además de la cosecha de la rosa, los habitantes de Kazalak no olvidan otro aniversario: el de la inauguración del primer taller de instrumentos musicales de Bulgaria, que abrió sus puertas en 1918.  El taller de los hermanos Gueorguievi marcó el comienzo de la lutería (el arte de confeccionar instrumentos musicales) en Bulgaria, y de ahí salieron grandes maestros durante todo el siglo XX. El Festival de la Rosa empezará este año con el concurso para elegir a la Reina Rosa, uno de los diversos eventos festivos de la cartelera del festival, explica Srebra Kaseva, jefa de la oficina del alcalde del municipio de Kazanlak. Y añade:

El Festival empieza el 18 de mayo con el concurso-espectáculo de elección de la Reina Rosa. Este año es distinto de los que hemos hecho hasta ahora, ya que además de ser la reina nº 50, en el desfile previsto participarán todas las reinas que han lucido la corona en años anteriores, la mayoría de las cuales viajarán desde distintas partes el mundo. También hemos invitado a participar a las suplentes, porque cada año la Reina Rosa tiene dos suplentes que rivalizan con ella en belleza. La idea de la primera selección de la Reina Rosa fue del insigne pintor Tenyo Pendarev en 1970. El concurso de belleza femenino es nuestro emblema, porque la Reina Rosa es símbolo, rostro y embajadora de la ciudad durante todo el año. Algunos años ha viajado a China y Japón para llevar un mensaje de los ciudadanos de Kazanlak sobre la belleza de Bulgaria, la laboriosidad de la búlgara y el espíritu vital de nuestra nación. No olvidemos que la rosa es uno de los símbolos más reconocibles de Bulgaria, que está presente en símbolos y emblemas con los que se presenta nuestro país. 

A lo largo de la gloria de las rosas búlgaras, cada año que pasa aumenta el flujo de turistas, especialmente procedentes de países del Este, que acuden especialmente las Fiestas de la Rosa en mayo. Añade Srebra Kaseva:

La rosa como símbolo de Bulgaria es la flor más buscada por todos los extranjeros que visitan el Festival de la Rosa. Cuando vienen a Kazanlak se apresuran a recorrer los jardines de rosas para empaparse de color rosa y sentir de algún modo a su alrededor el aroma de las rosas de Kazanlak. Hoy en día todo visitante se apresura a fotografiar la hermosura del Valle de las Rosas y de la Reina Rosa, pero la foto más antigua de la ciudad se remonta a 1901.



En ella aparecen la cosecha de los pétalos de rosa y las chicas que llegaban a Kazanlak, procedentes de toda Bulgaria, para ayudar en la recolección de los pétalos. En aquella época se organizaban tertulias muy alegres y muchas de las chicas encontraban en esos días de la cosecha a sus futuros maridos. Así, la cosecha se mantenía como un acontecimiento emblemático no sólo de la ciudad, sino también de todo el país. La recolección de pétalos de rosa era el marco y el período en que prevalecía la jovialidad del búlgaro. Kazanlak era igualmente la ciudad del amor, ya que ahí se formaban numerosos matrimonios jóvenes que después se trasladaban a otros rincones de Bulgaria.

Versión en español por Marta Ros
Fotos: kazanlak.com y archivo