Las iglesias católica y armenia  y el muftiado  principal de Bulgaria  han expresado  en forma oficial su descontento por los proyectos de ley de  cambio en la Ley de Cultos Religiosos. El descontento apuna básicamente  contra las  siguientes propuestas  de cambios en la Ley del año 2002: otorgar subsidios estales  a comunidades religiosas que engloben  como mínimo a  un 1 % de la  población del país, ejercer como  curas y sacerdotes  únicamente  ciudadanos búlgaros que  hayan  concluido estudios de teología en  Bulgaria, prohibir la financiación por parte de  personas físicas y jurídicas extranjeras. Según las fuerzas políticas  estos cambios representan  sendas medidas  contra las amenazas de  terrorismo  pero, según los representantes  de los  cultos religiosos recuerdan  medidas  de la época del totalitarismo.