Científicos emprendieron el camino de las caravanas de los sarakatsani (en Bulgaria llamados karakachani) para sentir el alma libre de esta comunidad étnica que lleva siglos habitando los territorios balkánicos, pero también para ver por sus propios ojos cómo sus descendientes contemporáneos conservan las tradiciones y los rituales heredados.

La exposición En el camino, montada desde hoy, 5 de noviembre, en el espacio cultural SKLAD de la Ciudad del Tabaco, en Plovdiv, presenta la investigación de dos años realizada por científicos de la Cátedra de Etnología de la Universidad de Plovdiv en el seno de las comunidades de los sarakatsani en Bulgaria y el norte de Grecia.

Nuestro enfoque en el estudio fueron los sarakatsani en Bulgaria como una comunidad nómada –dice Krasimira Krastánova, decana de la Facultad de Filosofía e Historia de la Universidad de Plovdiv y jefa del proyecto– . Estuvimos con la gente en las ciudades búlgaras de Kárlovo, Sopot y Sliven, así como en Komotiní, en el norte de Grecia, para observar cómo guardan el recuerdo de esta vida itinerante. Los sarakatsani son pastores que habitan la península de los Balkanes durante siglos, y su vida está relacionada con la migración estacional de las familias, los clanes y los rebaños entre los pastos de invierno y verano. Pese a que los sarakatsani de hoy llevan una vida sedentaria en ciudades y aldeas de Bulgaria, Grecia, Turquía y Macedonia, ellos siguen vinculados con la migración constante de sus antecesores y presentan esta herencia mediante recuerdos, conocimientos, canciones, tradición oral y fiestas.

Hasta la actualidad no existe una teoría unificada sobre el origen de los sarakatsani. Algunos estudiosos sostienen que la comunidad abandonó el norte de Grecia a principios del siglo XIX, después de haber opuesto resistencia a los opresores y haber sufrido masacres. Otros consideran que los sarakatsani fueron los últimos defensores de Constantinopla, y se retiraron de la ciudad en 1453 cuando ésta cayó bajo el dominio otomano. Llevaban un estilo de vida nómada hasta mediados del siglo pasado cuando se convirtieron en una comunidad moderna sedentaria. Sin embargo, conservan el recuerdo de la vida en el camino, del asentamiento de los poblados en la montaña, de la cría de ovejas, el procesamiento de la leche, así como de las demás actividades que marcaron el pasado de las familias, y de la solidaridad que se mantiene en la comunidad hasta hoy en día.

Los sarakatsani son cristianos ortodoxos y se atienen al calendario festivo de la Iglesia Ortodoxa –cuenta Krasimira Krastánova– . Al mismo tiempo, tienen hermosos rituales relacionados con su estilo de vida nómada. En otoño, los sarakatsani descienden de la montaña y se dirigen hacia la llanura de Tracia del Egeo. Emprenden el camino cumpliendo un ritual maravilloso: una mujer engalanada con ropaje vistoso y montada a caballo encabeza la marcha de la caravana que se dirige al sur. Y el ritual de boda requiere que la familia del novio elabore un estandarte, llamado flambura, presente durante toda la ceremonia nupcial.

Antaño los sarakatsani vivían en comunidad cerrada pero hoy en día hay muchos matrimonios mixtos. No obstante, según Krasimira Krastánova, aunque su comunidad compacta haya quedado en el pasado, sus tradiciones han trascendido a la actualidad siendo recreadas durante sus fiestas.

Los sarakatsani son, realmente, una comunidad muy antigua. Ellos mismos consideran que han mantenido el idioma griego homérico –prosigue– . Sobre este tema, empero, existen muchos puntos de vista por esto no puede ser objeto de un debate unívoco. También en la actualidad los sarakatsani siguen usando el idioma griego, aunque el idioma que hablaban en otros tiempos en el seno de la familia era más bien un dialecto arcaico. Algunos aprenden bien el idioma moderno convirtiéndose de esta manera en un puente de amistad entre el pueblo griego y el búlgaro.

Además de con fotografías pintorescas, la vida nómada de los sarakatsani será ilustrada por la película Viajando con los sarakatsani, de la documentalista búlgara Ekaterina Mínkova.

El documental muestra su vida y su identidad cultural conservada con la cual han accedido a formar parte de nuestra sociedad, dice, en conclusión, Krasimira Krastánova.

Versión en español por Daniela Radíchkova
Fotos: Archivo personal y BGNES