La historia de Marieta Mileva, de 25 años, recuerda al argumento de una película. A los 19 años se fue a América para cumplir su sueño de ser actriz. Durante tres años llevó casos de emigración para conseguir el estatus especial del "visado de trabajo" y el día que se lo aprobaron el destino la reunió en la calle con el amor. Entonces, después de haber vivido 5 o 6 años en Los Ángeles, y como miembro de la Academia de Cine de Nueva York y de participar en una película y en una serie en Estados Unidos, y de que su novio Tsonko pasara muchos años en Inglaterra, ambos decidieron regresar a su ciudad natal, Dobrich. Sobre esos días, recuerda: Muchas cosas me han hecho volver a casa: el amor, la familia, y sobre todo, la tranquilidad.
Hoy Marieta y Tsonko son los orgullosos dueños de una panadería casera en Dobrich.
En un viaje que hicimos a Milán nos encantó una panadería muy pequeña y acogedora. Y nos preguntamos qué pasaría si nos trajéramos esa panadería a Dobrich, porque esta es una ciudad pequeña y aquí no hay lugares con aspecto un poco más europeo, cuenta Marieta sobre el origen de la idea. Decidimos embarcarnos en esta empresa; fue más complicado de lo que habíamos supuesto, pero ahora estamos contentos. Aquí hay muy buenos panaderos, pero nosotros nos centramos más en masas de hojaldre, y por supuesto tenemos panes campesinos típicos de Dobrudzha, panes integrales y panes normales. Naturalmente, los búlgaros buscan productos búlgaros, es muy difícil imponer algo atípico y por eso ahora combinamos panes y masas rústicos clásicos con productos menos convencionales para nosotros, como los bollos de jarabe de arce.¿Es fácil emprender en Bulgaria?
Pensamos que poner en marcha la idea sería fácil: tienes una visión, te promocionas y empiezas a vender tu producto, explica Marieta, y agrega: Hemos tropezado con muchas dificultades por el camino desde el punto de vista de las instituciones, las finanzas y la realización. No ha sido fácil, pero poco a poco lo logramos. Algunas partes del interior y exterior las hicimos nosotros mismos. El logotipo con granos de trigo lo hizo a mano un buen amigo nuestro que es artista. Queríamos que fuera casero, real y cercano a la gente.
Además de Marieta y Tsonko, en la panadería trabajan dos chicas, Elitsa y Vladimira.
Marieta solo tiene elogios para ellas: Son extremadamente trabajadoras y diligentes, lo cual es muy importante, porque crear un concepto no en suficiente en sí mismo. Las chicas son nuestro contacto con los clientes. Cada vez que un cliente entra, se muestran amables y sonrientes.
Marieta cuenta una historia graciosa del primer día de la panadería: Creo que de esta combinación híbrida, este y oeste, por así decirlo, es algo muy interesante. Tenemos mucho que aprender, ya sea de las panaderías bávaras o de las francesas. Reconozco que nunca he tenido la intención de ofrecer banitsas* clásicas, pero lo cierto es que el primer día que abrimos, el 26 de febrero del año pasado, preparamos muchas cosas: croissants franceses de mantequilla, con chocolate, con chocolate negro, con aceitunas, una gran variedad de postres y panes alemanes, y el primer cliente que entró dijo: "Pero si no tenéis ninguna banitsa", y se fue. Resulta que uno no puede escapar de sus raíces y delo que los clientes buscan. Tenemos unos 15 tipos de desayunos, 10-15 tipos de pan y numerosos postres. Pero todo está muy cerca del sabor casero, porque ese es nuestro nombre.
Marieta Mileva está orgullosa de la iniciativa "Puertas abiertas", sobre la que explica: Esto es algo novedoso en Dobrich. Cuando decidimos probar algo nuevo, les damos a los clientes la oportunidad de probarlo gratis.
A la pregunta de si lamenta haber regresado a Bulgaria, Marieta responde sonriendo:
No, no lo lamento. Sigo viajando, pero aquí he encontrado un lugar algo más tranquilo. Llega un momento en el que uno necesita a su familia, estar rodeado de personas queridas, de emociones buenas y, sinceramente, ahí el ambiente es feroz . Nunca pensé que volvería a Bulgaria, al menos a Dobrich. Pero ahora estoy muy contenta con lo que estamos haciendo. Para mí esta panadería es una oportunidad para mostrar creatividad y de crear algo nuevo. Es bueno hacer algo único y poner en ello el corazón. Y es bueno encontrar un lugar propio en el mundo.
Versión en español por Marta Ros
Fotos: Archivo personal
(*Banitsa: pastel de queso y hojaldre tradicional de Bulgaria).
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