Lajos Kossuthes una de las principales figuras del movimiento revolucionario por la independencia nacional de Hungría. Fue un orador extraordinario que siempre cautivaba por la fogosidad de sus discursos revolucionarios.
No es casualidad el que Lajos Kossuth sea reconocido como uno de los políticos más influyentes del siglo XIX –dice Stanimira Ánguelova, historiadora y curadora de la Casa Museo Lajos Koshut de la ciudad de Shumen, en el noreste de Bulgaria– . Muchas de sus ideas políticas se realizaron más tarde. Por ejemplo, su idea de una asociación de los países de la cuenca del río Danubio, augura en gran medida la creación de varias comunidades europeas, incluida la Unión Europea. El Museo fue fundado hace 70 años y es el único en Bulgaria que lleva el nombre de una personalidad extranjera.
Después de la derrota de la revolución, Kossuth se vio obligado a emigrar y envió cartas a más de quince jefes de Estado. Sólo el sultán turco le respondió ofreciéndole hospedaje. La invitación incluía también a su séquito: generales, capitanes y soldados de su ejército. Kossuth se estableció primero en la localidad de Vidin, en el noroeste del país.
Sin embargo, Shumen fue elegida como sede definitiva ya que formaba parte del sistema de fortificacionesdel Imperio Otomano en los Balcanes y era una ciudad guarnición bien protegida –prosigue Stanimira Ánguelova– . Kossuth llegó a Shumen acompañado por 1,500 emigrantes. Fue alojado en la casa del que fuera alcalde de la comunidad cristiana búlgara de la ciudad en aquel momento, y en las casas contiguas fue instalado su séquito. La Casa Museo Lajos Kossuth tiene una historia muy interesante. Es un centro cultural de dos países, un monumento de la amistad búlgaro–húngara. Shumen es la segunda ciudad después de la capital, Sofía, donde en 1926 fue fundada una Asociación Búlgaro–Húngara. Grupos de entusiastas se dedicaron a buscar datos interesantes sobre Lajos Kossuth y los húngaros y los polacos que llegaron con él. En 1933, con grandes celebraciones, en la casa donde vivió fue colocada una placa conmemorativa. Para el evento llegó una delegación de Hungría. Las calles de la ciudad, desde la estación de trenes hasta la casa, estaban colmadas de gente que acudía a celebrar el acontecimiento. Empezó una actividad intensa con el objetivo de convertir la casa en un museo, pero antes había que comprarla a los propietarios, que se resistían a venderla. Incluso entonces miles de turistas llegaban a Shumen a ver la morada. No fue hasta 1949 que se inauguró un Museo de la Amistad Búlgaro–Húngara, y desde entonces se le relaciona con Lajos Kossuth y los emigrantes húngaros, pero también con las relaciones culturales entre Bulgaria y Hungría. Para los cuidadnos húngaros, Shumen es la capital cultural de su país en Bulgaria. Es muy emocionante la actitud de los visitantes hacia la egregia personalidad del héroe nacional de Hungría. Desde hace décadas, aquí acuden grupos de húngaros en una especie de peculiar peregrinaje. También tenemos visitas de Bulgaria y otros países.
Versión en español por Daniela Radíchkova
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