Cada año, el primer sábado de agosto, gente de todo el país acude a la aldea de Guelá, en el macizo Ródope, para presenciar la tradicional competición de gaitas. El número del público aumenta cada año, rozando últimamente la cifra de 13,000. Con el tiempo, el festival ha ido ganando popularidad y se ha convertido en un foro internacional, en el que han actuado intérpretes del Japón, Holanda, Hungría, Francia, Gran Bretaña y Escocia. El gaitero más joven que ha participado en la competición tenía 5 años, y el mayor, 85. El objetivo del festival es popularizar el folklore autóctono de la región del Ródope. Una vez más, en el programa paralelo del festival participan conjuntos de canto, de danza e instrumentales, así como grupos para ritos folklóricos y artistas individuales. Hay también exposiciones, demostraciones de artesanías y fiestas populares.