La industria cinematográfica lleva décadas reflejando el miedo al desarrollo tecnológico y a que los robots conquisten el mundo algún día. Sin embargo, la Humanidad aún está lejos de crear inteligencia artificial que tenga siquiera las capacidades básicas del complejo proceso de pensamiento que caracteriza el cerebro humano. Un joven búlgaro especialista en tecnología de la información, el Dr. Svetlin Penkov, centra su trabajo en la evolución de los robots en nuestro futuro cercano. Forma parte del equipo de “FiveAI”, la mayor startup del Reino Unido. Svetlin lleva dos años dirigiendo un equipo que desarrolla modelos para predecir en situación el comportamiento de otros usuarios en la carretera: vehículos conducidos por personas, ciclistas y peatones. Su investigación científica se centra en tareas de inteligencia artificial que requieren funciones cognitivas más sofisticadas, como planificación, uso de relaciones causales y la interacción con el entorno y otros agentes en él. A través del software desarrollado se analizan todos los puntos de transporte por carretera en la ruta en la que se desplaza un automóvil. Svetlin Penkov comenzó su trabajo en este campo hace años en Bulgaria. Debido a sus logros fue distinguido con el premio “John Atanasov 2019”, que se concede por logros destacados en el campo de las tecnologías informáticas.
Uno de mis diseños permite que un robot aprenda a realizar una nueva tarea viendo una única demostración humana. La clave de ello es que cuando se quiere introducir un algoritmo semejante de inteligencia artificial en un robot hay que considerar muchos factores, pero el más importante es la seguridad, explica el Dr. Svetlin Penkov:
Los problemas complicados están relacionados con lo que entienden los robots, y en seguida me puse a trabajar en el punto donde convergen la inteligencia artificial y la robótica. Por ejemplo, si uno desarrolla un vehículo autónomo, como hice yo, entonces uno de los elementos clave es predecir cómo garantizar la seguridad del algoritmo, y trabajé en esa dirección. Hice mi doctorado en la Universidad de Edimburgo. El equipo que dirigí en el Reino Unido analizaba información de videos de tráfico en Londres para desarrollar modelos que predijeran las reacciones de otros usuarios en la calzada. En cuanto a los vehículos autónomos, no tienen conductor. Uno simplemente se sienta, pulsa un botón y selecciona el destino deseado. El vehículo tiene la tarea de llevarlo hasta allí, elige la ruta solo y se ocupa de la seguridad de su ocupante. Lo que yo hacía era diseñar y predecir el comportamiento de otros usuarios en el entorno. Este es uno de los problemas más difíciles: predecir si otro se unirá al mismo carril, si un peatón puede no haberlo visto y baje a la calzada… hay que prepararse para ello con antelación. Los métodos que desarrollamos en realidad se basaban en la gran cantidad de información con la que contábamos. Permiten que el automóvil prevea estas situaciones mucho antes incluso que un conductor profesional. Mi equipo del Reino Unido y yo probamos los coches autónomos en Londres y no tuvimos problemas ni accidentes.
En agosto de 2019, el Dr. Svetlin Penkov regresó Bulgaria para dedicarse a lo mismo. Él señala que gracias a su experiencia en el extranjero trabajando en una gran empresa que está a la vanguardia en tecnología, se ha dado cuenta de que para alcanzar ese nivel no se requieren recursos increíbles, y que los recursos humanos son un factor clave. En Bulgaria veo un enorme potencial en este sentido. Una de las cosas en las que quiero trabajar activamente aquí es hacer del país un lugar donde se pueda desarrollar ciencia a nivel mundial, añade el Dr. Svetlin Penkov.
Versión en español por Marta Ros
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